David Alonso es Vicedecano de Innovación y Nuevas Tecnologías en la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad Complutense. Su labor docente se centra en el área de Historia Moderna y del Máster de Formación de Profesorado. Este blog nace como un instrumento de su práctica docente e investigadora, así como un lugar de encuentro para reflexiones, debate o comentarios sobre cualquier tema.
jueves, 29 de diciembre de 2011
¿Qué es la Historia? A propósito de un libro reciente...
jueves, 15 de diciembre de 2011
Atreverse a pensar
La Utilidad de la Historia
Author: Paula Ortega / Etiquetas: Lecturaslunes, 12 de diciembre de 2011
¿Talento? Si, sólo cuando hay trabajo
Nunca subestimes el talento para olvidar que despiertan las guerras

Demos un paseo por la historia.
No te puedo garantizar plena satisfacción al terminar esta proyección; sin embargo puedo asegurarte que tomar mi mano y dejarte llevar quizá fue lo mejor que pudiste hacer 5 minutos atrás.
Pocos imaginan la importancia de la Historia Militar para entender acontecimientos del pasado y desde esta rama proyectarlos hacia el futuro y comprender por descontado, también nuestro presente.Hablemos de hechos, de ejércitos, de medios, de circunstancias de lugar y tiempo, organizaciones, doctrinas . . .
La Historia Militar fue la principal fuente en las enseñanzas de guerra; hasta el punto de que aquel que un día se proclamó Cónsul Vitalicio en Francia registraría sus hazañas militares en "páginas de oro" en sus Memorias. También pensé en las campañas militares de un imponente Viriato, que defendió hasta la muerte su territorio del asedio romano con la táctica de la guerrilla. Quería ataques rápidos, decisivos, violentos pero muy estratégicos. No dudo en entregar su vida por su pueblo.
Las primeras órdenes militares, a la vez militares y religiosas actuaron como protectoras de los peregrinos a Tierra Santa, pero también protegieron los santos lugares. Dependían directamente del Papa y organizaban su regla comunitaria según una regla monástica que permitiese la compatibilidad con las actividades guerreras.
España. Rodeada de mar y un tanto excéntrica en Europa, su posición geográfica siempre ha determinado su itinerario histórico cuando la capacidad humana para eludir los inconvenientes de la naturaleza era más bien escasa.Con los Reyes Católicos se lleva a cabo de manera eficaz la construcción de un "armamento general" .Durante la Edad Media debemos destacar la figura del caballero como principal arma ofensiva debido a la importancia de las tareas de reconquista.
Hablemos de la importancia del Ejército como colectivo e individualmente de sus componentes desde el punto de vista de la vida política nacional.
Cuando Carlos I de España y V de Alemania recibiera su fabulosa herencia territorial convertiría a España en el país más poderoso de Europa llegando a construir el mayor imperio que hasta entonces se había conocido en la Historia y como no, convirtiéndose en el dueño del mundo.
Los españoles fueron los árbitros de ese mundo; los tercios reales impusieron la paz española - y otras muchas la guerra- por casi toda Europa. Sin embargo unas cuantas decenas de miles de buenos soldados es poco para todo el mundo. Entonces es preciso contratar mercenarios, pagar viajes y expediciones, cortes de virreyes. . . etc. Y hay que pedir préstamos, con la garantía de los famosos ingresos de unas Indias con las venas casi abiertas.En 1539 se debe un millón de ducados a los banqueros Fúcar, Welser, Schatz o Spínola. La política imperialista del primer Austria detuvo el proceso de unificación peninsular, ya que los reinos españoles quedaron incorporados a una complejísima pluralidad de señoríos y no se pudo concebir la consolidación de una, ni prematura, nacionalidad española. La cuestión religiosa fue una cuestión que perseguiría a Carlos V hasta su celda de enfermo.El estado de las arcas siempre les obliga a aprender algo. Sus recursos estan al borde del agotamiento, sus armas cubiertas de polvo.
El Sueño y la Tragedia:

Durante la República tenemos un panorama social muy sombrío. La sociedad estaba muy atrasada y dividida y la gran depresión económica mundial tampoco ayudó. Los trabajadores del campo, muchos mal pagados o en paro, esperaban que las prometidas reformas fueran drásticas e inmediatas. Sin embargo; más allá de expectativas de reforma poderosos intereses generales (y particulares) obstaculizaban su llegada. Una Iglesia profundamente conservadora, un Ejército acostumbrado a intervenir en la vida pública o una clase dominante fielmente decidida a mantener sus privilegios.
Andalucía representaba estas desigualdades, era una tierra de extensos latifundios y grandes terratenientes. La Reforma Agraria de 1932 sólo sirvió para ilusionar a los agotados jornaleros e irritó a más de un terrateniente. Entonces encontramos un problema: Reforma Agraria sin revolución no es posible. Aquellos que no son dueños de nada luchan por tener la tierra; así como los que la poseen luchan por conservarla.Cuando la paciencia de los jornaleros extremeños se agotó llegaron a ocupar unas 300 fincas, entonces irónicamente unos terratenientes asustados ya no temían por sus propiedades sino por sus propias vidas.La Iglesia también lucho por conservar sus privilegios pero fueron un blanco de rechazo para los que la consideraron aliada del poder.
En la República el anticlericalismo llegó a convertirse en violencia callejera motivada por ese espíritu constante rebeldía. En alguna ocasión Pilar Primo de Rivera aseguró que la quema de los conventos donde había sido bautizada o hecho la comunión había sido un hecho realmente triste para ella.Por otro lado Cataluña y P. Vasco eran regiones más diferenciadas. En 1931 se le concedió a Cataluña el Estatuto de Cataluña.Más tarde Franco suprimiría esta autonomía, asegurando que Cataluña tendría el honor de ser gobernada igual que el resto de España. Todos sabrían lo que este honor significaba.La unidad de la patria fue la obsesión de los militares. Ya habían perdido sus posesiones ultramarinas y en los años 20 la guerra en Marruecos amenazaba sus últimas posesiones.Una República que pretendía modernizar el Ejército se ganó la aversión de muchos militares. Propuso el exceso de militares, 1 Oficial por cada 9 soldados.Nunca nos paramos a pensar que la polarización se extrema en el intento de diálogo político. Más dramático aún es ese aire de tensión y división, hasta tal punto que un socialista era visto como un demonio con martillo.Dos ámbitos: el militar y el político están, a menudo muy unidos, con tintes nacionalistas y una determinada intencionalidad política, que pocos nos detenemos a analizar. Franco era monárquico de corazón, creía en el resurgir nacional. Creía en Dios, en la patria, la familia y el orden.
Él creía en la unidad central, un gobierno fuerte y autoritario sin más opciones y determinado en la máxima medida por el control militar. Sin embargo rechazaba cualquier noción de función militar corporativa que diera a estas cierta independencia institucional. Quizá su faceta más desconocida sea la de guionista; escribió el "Guión de Raza"que denota su gran desprecio hacia el gobierno. Aquí las causa de la guerra estaban clarísimas y el levantamiento militar más que justificado. Pensó: "Vamos hacia un abismo comunista que destruirá a la familia española" y situándome en sus pensamientos añadiría "y yo eso no puedo consentirlo".Franco se ganó su prestigio como líder de los regulares en Marruecos. Sus tropas avanzaron para liberar el Alcázar con una artillería muy poderosa y vencer la resistencia de las milicias. Llegó a España y fue recibido como un héroe. El 1 de Octubre de 1936 asumió el poder absoluto de la España Nacionalista. La realidad es inevitable, un mando único gana una guerra, un mando colegial y disperso la pierde.
En el s.XX España no participa en la 1ª Guerra Mundial y en muy escasa media participa en la 2ª Guerra Mundial. Esta no intervención afecta a las capacidades técnicas, tácticas y estratégicas de las fuerzas armadas; en cambio su intervención en asuntos políticos es constante en la segunda década de este siglo.Se ha comprobado que militares al servicio de Franco realizaban muy buenos estudios de las operaciones militares. La calidad metodológica de estos estudios de historia ha mejorado el contenido de la información archivada.
Una vez un joven monárquico ministro durante el primer período de dictadura ,llamado Pedro Sainz Rodríguez, acude a una entrevista con Franco. Éste estaba sentado en una mesa tomando chocolate con bizcochos; a su lado tenía una pila de expedientes que iba clasificando unos sobre la mesa, y otros sabre la silla.A la salida este joven atormentado por la duda le pregunta a su ayudante: -¿Qué eran esos papeles que tenía el general Franco?.Este le contestó: - Son las sentencias de muerte. Aquellos que pone en la silla son para firmar y los de la mesa son para revisar.Pedro no pudo borrar una imagen de su mente. La tranquilidad con la que este general realizaba sus funciones mientras sumergía los pastelitos en el espeso chocolate. Entonces pensó que esto no era más que el producto de esa“ entidad militar".
Aquel viejo coronel de Gabriel García Márquez, que siempre esperó una carta que nunca llegaría, inspiró esta “historia de otra historia”. No porque pensara en un reflejo de una situación así en España claro está; sino porque me fascinó la idea de militares que vieran la vida política (y social) del mismo modo que atravesarle el corazón a su enemigo.
Bibliografía.
Historia de España - Salvat. (Volumen 9, 10, 12).
Grandes documentales de la Hª de España:
Preludio de la tragedia
Franco y los nacionalistas.
http://www.belt.es/bibliografia/HOME2_articulo.asp?id=679
http://www.arteguias.com/ordenesmilitares.htm
lunes, 28 de noviembre de 2011
El conflicto de la Educación
Las medidas de ahorro introducidas por el gobierno de la Comunidad Autónoma de Madrid en el ámbito de la educación pública, junto a la respuesta que ha despertado entre profesores, padres y estudiantes está derivando en un conflicto de la mayor trascendencia para el futuro. No en vano, varias generaciones dependerán de lo que hoy se está haciendo. ¿Se está abordando esta cuestión desde parámetros que permitan avanzar hacia un mejor sistema educativo? Porque esto es lo realmente lo importante y hacía donde deberían encaminarse todos los esfuerzos.
Cuando los conflictos se emponzoñan es difícil intentar mantener una postura equilibrada sin que a uno le acusen de apoyar a cualquiera de las partes. Los profesores, al menos en mi humilde opinión, tienen razón al considerar que la actuación de la Consejería constituye un ataque a la educación pública, máxime cuando la rebaja en el presupuesto coincide con un aumento de los incentivos para la educación concertada y privada. Que un docente tenga más estudiantes por aula, más hora de clase o que incluso deba ocuparse de materias que no son de su especialidad no puede ser positivo en el trabajo que día a día se realiza en nuestros centros. Y esto sin contar con algunos casos de persecución, caza de brujas o como deseemos llamarlo que, efectivamente, se está produciendo.
Ahora bien, la protesta de la comunidad educativa no puede implicar inmovilismo. Los indicadores de calidad demuestran que la formación que reciben los estudiantes es manifiestamente mejorable. Ahí están los informes PISA, cuyos resultados sólo pueden provocar sonrojo. Algo no se está haciendo bien cuando estamos por debajo de la media de países desarrollados en comprensión lectora, matemáticas y competencia científica. El problema es que los profesores se oponen a las medidas impulsadas por Aguirre y su consejera Figar, pero sin mencionar que el sistema educativo tiene que ser revisado. Dicho de otro modo, la inversión pública debe ir de la mano de eficacia y ello, a su vez, requiere de una profunda transformación en la enseñanza, para lo cual, a buen seguro, hay que tocar algunas condiciones de trabajo profundamente arraigadas entre los profesionales de la enseñanza.
Las autoridades, con la Comunidad de Madrid a la cabeza, deben proveer de los fondos necesarios para sostener una educación pública de calidad, que es la mejor garantía para la cohesión social y para mejorar en capacitación profesional y ciudadana de aquellos llamados a dirigir el país. Empero, educación pública de calidad conlleva la necesidad de introducir reformas. Los primeros interesados en plantear estas cuestiones deberían ser sus propios profesionales. En consecuencia, los sindicatos no pueden, no deben, eludir la responsabilidad de buscar la mejor educación pública. Y para ello deben estar dispuestos a sentarse con la CAM no sólo para hablar de dinero, sino para buscar una mejora efectiva de la educación. Y esto implica cambios. El gobierno Aguirre, por su parte, debe concienciarse que la educación no es un gasto, sino una inversión de futuro que requiere de esfuerzos presupuestarios. Racanear en este ámbito supone condenar a nuestra sociedad. No estar dispuestos a buscar nuevas líneas de mejora implica seguir condenándola.
En suma, ambas partes deben negociar, pero no tanto con el objetivo de ahorrar dinero (CAM) o mantener intocable la enseñanza (profesores), sino con el deseo último, inquebrantable y absolutamente necesario de avanzar hacia una educación pública de referencia a nivel internacional.
lunes, 7 de noviembre de 2011
El placer de ser profesor
A continuación reproduzco una entrada de Alicia Reina, alumna de primer curso de Historia en el Grado en Español. Demuestra cuánto pueden, cuánto saben hacer nuestros queridos estudiantes a poco que se les deje vía libre. Con libertad se genera más inquietudes, con ello investigación y, a partir de ahí, conocimiento.
De verdad, estoy entusiasmado con esta entrada.
Los regalos del rey.
Esa fue una de las primeras mañanas frías de otoño. Era tarde, así que no tuve tiempo de coger el reproductor de música que llevaba amenizando mis viajes desde hacía unos días si quería subirme al tren que salía desde Móstoles a las ocho y media. Desanimada, pensé que me quedaba por delante una larga y ajetreada jornada, pero entonces recordé que en mi mochila de 2 kilos 400 gramos, quedaba un libro a medio leer…
El ruido inundaba la estación y las conversaciones fluían entre los andenes. Un par de mujeres, de unos treinta años de edad, discutían acerca de la importancia de una lista de boda de un amigo en común. Para mi gusto era demasiado temprano para hablar de un tema de este tipo y menos con tantísima insistencia. A esas horas de la mañana, uno debía estar en el vagón en silencio, como se había hecho toda la vida, para no molestar a los pobres madrugadores cotizantes, así que apagué las orejas e introduje mi mano en la pesada bolsa.
Capítulo IV: Sombras externas, dudas internas.
“También se iniciaron negociaciones para un posible matrimonio entre la infanta María y el heredero a la Corona inglesa, si bien este enlace nunca se consumó.” (Alonso García, 2009: 127-130).
Me encontré con el libro abierto, leyendo una y otra vez estas últimas palabra

Capítulo V: Los dos ingleses.
“Dice el caballero […] que mañana toda la Europa sabrá que el hijo y heredero del rey Jacobo de Inglaterra está en Madrid con la única escolta y compañía de su amigo el marqués de Buckingham…Y que, aunque por razones de Estado resulte imposible publicar lo ocurrido esta noche, él, Carlos, príncipe de Gales, futuro rey de Inglaterra, Escocia e Irlanda, no olvidará nunca que un hombre llamado Diego Alatriste pudo asesinarlo, y no quiso.” (Pérez-Reverte, 2005: 116-117)
Cuando llegué de vuelta a casa, corrí hacia mi estantería y retomé el envejecido tomo que narraba las aventuras y desventuras de Diego Alatriste, antiguo soldado de los tercios de Flandes que había estado

Martes 18 de octubre de 2011
Tenía el portátil sobre las rodillas, abrí una pestaña de Google y, sin saber todavía cómo iba a acabar esta historia, empecé a teclear torpemente sobre el diminuto teclado: Carlos de Inglaterra en España , siglo XVII. Apenas diez minutos más tarde tenía la respuesta: “Todo se complicó cuando, tras un largo viaje de incógnito, se presentaron en Madrid el Príncipe de Gales y el duque de Buckingham el día 17 de marzo de 1623.” (Martín Sanz, 1998)
Ni rastro de una encrucijada que pudiera haberles costado la vida. Se trataba de una invención de Pérez-Reverte: los dos nobles extranjeros habían pisado tierras castellanas, si bien, cruzaron la frontera pasando inadvertidos. El intenso amor de Carlos hacia su –en teoría –futura esposa, le hizo trasladarse miles de kilómetros hasta el Alcázar madrileño, a pesar de no haber visto antes a la joven infanta. Sin embargo, añorando el irritante resplandor de la pantalla, y con la mosca detrás de la oreja, continué con mi pequeña investigación.
Amor, honor y poder: Reflejos y miradas de lo inglés en el Teatro del Siglo de Oro.
“La presencia de Carlos Estuardo en Madrid tuvo influencia cultural en varios campos, especialmente en la pintura, la lexicografía y, por supuesto, en la literatura. En este marco, se representó el 29 de junio de 1623 Amor, honor y poder de Calderón de la Barca.” (Vila Carneiro, 2011: 103)
Y es que la llegada del joven heredero no fue moco de pavo. Una parte de la población española ansiaba la unión de coronas y festejó por todo lo alto la aparición del prínci

Pero Calderón no fue el único que se sintió seducido por la visita de Carlos.
Su intensa historia de amor queda recogida en dos epigramas neolatinos anónimos a los que hace alusión, en un estudio, Gregorio Rodríguez Herrera (1999: 146-147).
Y también inspiró los siguientes versos de Lope de Vega (1999: 145), que incluso llegarán, mediante correspondencia, a oídos de ilustres familias inglesas, por toda la emoción que reflejaban sus palabras.
“Carlos Estuardo soy
Que siendo Amor mi guia
Al cielo d’España voy
Por ver mi Estrella Maria.”
Estaba más que claro que el enlace entre las dos casas reales no era solo un mero hecho de conveniencia política; Carlos estaba perdidamente enamorado de María Ana de Austria, pero esta relación imposible tendría que esperar unas cuantas horas más, porque la batería del ordenador decidió dejarme tirada en el momento menos indicado…
Miércoles 19 de octubre de 2011.
Solo se veían papeles sobre mi escritorio; papeles, papeles y más papeles. La impresora echaba humo y los libros estaban deformados por el constante uso…
Regalos a un príncipe inglés.
Pero, ¿estaban todos en la península a favor de esta alianza anglo-hispana?
Por lo menos para Pérez-Reverte, o quizás sería más correcto decir, para el Capitán Alatriste, no era así. Carlos Estuardo era un hereje a ojos de Emilio Bocanegra, presidente del Tribunal de la Inquisición: “-Matarlos sin cuartel –respondió. […] Pero no os importa quiénes sean. Basta con que pertenezcan a un país de herejes y a una raza pérfida, funesta para España y la religión católica. Al ejecutar en ellos la justicia de Dios, rendiréis un servicio valioso al Todopoderoso y a la Corona.”(2005:52)
Sin embargo al joven Carlos le llovieron ofrendas y obsequios. ¿Cómo podía ser que un príncipe tan agasajado tuviera enemigos? “En Valladolid había importantes colecciones privadas. En el palacio Ribera había pinturas de Veronés y esculturas de Giambologna decorando los jardines, la de Sansón y el filisteo fue regalada en 1623 al príncipe de Gales, cuando acudió a Valladolid acompañado por el duque de Buckingham para concertar su matrimonio con la infanta María.” (Del Río, Isabel. 2011)
He de admitir

¿Entonces, estaba ya entre los enemigos del príncipe el mismísimo Felipe IV, dándole largas y regalándole esta estatua tan poco “amorosa”?
No obstante, éste no fue el único presente que recibió el noble inglés por parte del monarca. El conocido “Rey Planeta” obsequió también a Carlos, nada más y nada menos, que con un cuadro de Tiziano. “Esta visita […] sirvió para que el príncipe de Gales aumentara su ya numerosa colección con varios cuadros comprados en España. Además de uno regalado por Felipe IV, Carlos V con un perro, pintado por Tiziano”. (Hernández Montejo, 2002)
¡Yo ya no entendía nada! ¿Quién iba aquí contra quién? Entonces, ¿Felipe IV estaba a favor de Carlos? El monarca no se aclaraba. Primero le regala una estatua que, más que para una boda, parecía un regalo funerario, y después le ofrece un Tiziano. Estaba confusa. Lo que había empezado siendo un simple divertimento, estaba convirtiéndose en un quebradero de cabeza, y yo ya estaba dispuesta a tirar la toalla. Finalmente, apagué la luz y me sumí en mis sueños…
Jueves 20 de octubre de 2011.
De nuevo tenía que coger el tren para llegar a la facultad y tras todo el trabajo realizado, ya no sabía cómo iba a concluirlo. Tomé de nuevo el libro con el que empezó todo y me subí en mi ya habitual vagón para volver a abrir la página 130 de “La breve Historia de los Austrias”.
Una visión inesperada.
El 9 de septiembre de 1623, Carlos se marcha de la península desilusionado, con una estatua bajo un brazo y un lienzo bajo el otro, pero sin ningún rastro del tesoro por el que había venido a este lejano territorio –su amada María-. Las dos dinastías no habían logrado unirse –Inglaterra seguiría haciéndole la puñeta a España en Flandes -, pero no era capaz de concluir si este fracaso había sido impulsado, de algún modo, por la casa de los Austrias, y en concreto, por la poderosa mano del monarca castellano. De un golpe, cerré el libro y lo apreté con fuerza, con más dudas que aquella, ya lejana, primera mañana otoñal en la que comenzó este desafío…
En ese preciso momento, nada más ponerse en marcha el tren, se me paró el corazón. Parpadeé varias veces por si mis recién levantados ojos me estaban jugando una mala pasada. Pero estaba muy despierta. ¡La imagen de Carlos V junto a un dócil can, esperando ser admirados, estaba en la mismísima portada del libro que tenía en mis manos! Al igual que Carlos de Inglaterra, yo estaba contemplando, a la altura de la estación de Lucero y como un regalo caído del cielo, el famoso cuadro de Tiziano.
Entonces comprendí que, verdaderamente, Felipe IV le había tendido su mano al heredero inglés durante las negociaciones del matrimonio de su hermana. Le había regalado, probablemente, el cuadro que más admiraba: Carlos V, el fundador de la casa de Austria, y con él, un mensaje de fidelidad y amistad simbolizado en el perro que acompañaba al emperador. Como aquellas primeras dos mujeres de esta historia, el monarca castellano sabía que un buen regalo de nupcias era la mejor manera de expresar su conformidad en un matrimonio tan controvertido.
Una historia dentro de una historia se había resuelto en un abrir y cerrar de un libro.
Véase bibliografía.

viernes, 4 de noviembre de 2011
Profes desviados rebeldes
domingo, 23 de octubre de 2011
Bien por Jaime
jueves, 13 de octubre de 2011
Well done!!!!
lunes, 10 de octubre de 2011
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martes, 4 de octubre de 2011
Preguntas sin respuestas
viernes, 30 de septiembre de 2011
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martes, 27 de septiembre de 2011
Buenas sensaciones
domingo, 25 de septiembre de 2011
El viaje empieza ya...
viernes, 23 de septiembre de 2011
Cooperar, colaborar
No queda otra. Ante la dramática situación en la que nos encontramos, no cabe otra solución que la cooperación. Esta no es una crisis más, comparable con otras acaecidas en el pasado. Aquí se equivocan los economistas y los sociólogos, algunos más preocupados por lecturas de gráficos que por saber qué esta ocurriendo.
La globalización, ese proceso por el que el mundo va perdiendo fronteras y que ampara una integración a escala planetaria, ha acabado por formar una economía mundial donde todos estamos relacionados con todos. Es una estructura en red donde cualquier incidencia en uno de sus miembros –un país, una empresa, un grupo social, etc.- tiene o puede tener consecuencias para todos. Es aquello del tan traído efecto mariposa o de las teorías de mundo pequeño, donde se demuestra que todos estamos mucho más cerca de lo que pensamos respecto a otros congéneres. Y con la economía sucede lo mismo: lo que afecta a Grecia, afecta a Europa. Lo que afecta a Europa, cómo no, afecta a España. Lo que afecta a España tiene incidencia en Estados Unidos y, por seguir con esta cadena, cualquier alteración en la economía china hace o puede hacer que todos tengamos que comprar más caro o más barato en nuestras compras diarias.
Colaborar, cooperar. No hay otra solución. Este no es un argumento lanzado desde postulados éticos o religiosos (para eso ya tuvimos a los “papa boys” del pasado agosto). No, es ciencia. Pura y sencilla ciencia, esto es, conocimiento racional alcanzado con método. Nuestro actual sistema económico es un sistema dinámico no lineal, con sus condiciones y propiedades. No es momento de explicar que es esto de sistemas dinámicos; para ello pueden acudir al libro de R. Solé, Redes complejas. Del genoma a internet, donde se explica con claridad que el universo funciona a partir de estas estructuras. Sea en el cuerpo humano –la comunicación neuronal sigue estas formas-, la naturaleza (un tsunami se mueve por principios similares) o fuera de nuestros planetas, hoy sabemos que todo o casi todo tiende a funcionar de este modo. La economía también, por supuesto.
No hay recetas mágicas para salvar la economía. Pero sí parece claro que ahondar en divisiones y en falta de entendimiento sólo conduce al suicido colectivo al que nos estamos acercando. Gobernar frente al otro o buscar el provecho egoísta sólo equivale a la autodestrucción. Podía tener lógica en el siglo XIX. Ya no. Señores políticos, ya saben: aparquen sus diferencias y abran una puerta al diálogo. Señores empresarios, trabajadores: busquen escenarios de cooperación porque sólo así podrán solucionar sus propios problemas. Y así sucesivamente. El beneficio del otro será el suyo propio.
¿Acaso piensan que cuando los millonarios de Estados Unidos o Francia desean pagar más impuestos, lo hacen, sin más, a causa de un repentino arranque de altruismo? No, lo hacen porque saben que para seguir viviendo la buena vida necesitan del concurso de otras capas sociales. Sin pobres que cada vez lo sean menos, se hunden; sin ricos que no tiren de la economía, nos hundimos. Y lo mismo podríamos decir de los países. Sin países cuyo nivel de vida no crezca, todos caeremos. Sin países “locomotoras”, la economía mundial no puede crecer. Eso es un sistema dinámico no lineal.
Ya lo dijo Amaral: “sin ti no soy nada”. Ahora lo difícil es poner en marcha los marcos que regulen lo único que nos puede salvar: la colaboración. Y subrayo lo dicho. Esto no es un propósito basado en valores. Es racionalidad, ciencia, simplemente ciencia, que para algo vale.