jueves, 29 de diciembre de 2011

¿Qué es la Historia? A propósito de un libro reciente...


Que nadie piense que dejar las clases implica el cese de toda actividad neuronal. Todo lo contrario. En este caso he concluido con la lectura de un libro que me parece de lo más sugerente (J. Luckas, El futuro de la Historia, Madrid, Turner, 2011).

Se trata de un libro valiente, en ocasiones polémico, sobre el sentido que tiene el estudio de la Historia para el autor y el futuro que le augura. Digo que es un libro valiente ya que no son muchos los historiadores que reflexionan sobre nuestra propia actividad y profesión, con todo lo que eso conlleva (Véase el célebre Homo Academicus de Bourdieu). Para Luckas, la Historia es más literatura que ciencia, de ahí que califique (con cierto desdén) como "modas" la irrupción de las grandes escuelas historiográficas del siglo XX. Además, siempre según este autor, la Historia no puede y no deber pertenecer a un colectivo único, el de "historiadores profesionales", ya que también a partir de la novela se puede aprender mucho del pasado. De ahí que apueste de un modo claro por hacer divulgación, por hacer, contar, plasmar y enseñar historia por todos y para todos.

Contar con escritos que hagan reflexionar, pensar, siempre debe ser bienvenido. En este caso, además, se trata de un libro con el que muy posiblemente se coincidirá en algo y muy difícilmente se puede estar de acuerdo con el conjunto de diatribas aquí reunidas. En mi opinión, acierta de lleno al mostrar la aparente paradoja en la que nos movemos: la sociedad reclama más y más historia, mientras que la versión académica (su enseñanza, el valor de sus profesionales, etc), tiende a decrecer. Ahora bien, es un libro que parece defender la utilidad de la historia-literatura entendida en el sentido más clásico del término, como si la aproximación a las Ciencias Sociales fuese negativa per se. Así, Luckas reivindica la vigencia de los métodos clásicos de enseñanza y escritura del pasado al tiempo que desdeña las aportaciones que pudieran proceder de las Nuevas Tecnologías.

En suma, se trata de un libro que no deja indiferente al lector. Además tiene pasajes célebres como el siguiente, cuyo objetivo es reivindicar el interés de la historia-divulgación:

"Pero hoy el hambre de historia de muchos estadounidenses ha alcanzado cotas considerables y desconocidos hasta ahora. Y, por supuesto, esa hambre se puede saciar, y de hecho se está saciando, con abundante comida basura. Puede que los historiadores profesionales sean conscientes de esto último, pero no lo son, en general, del significado de esa hambre" (p. 63).

Por ello mismo es un libro recomendable para todo lector animoso en su propio pensamiento.

jueves, 15 de diciembre de 2011

Atreverse a pensar



Paula, alumna de 4º curso de "Métodos y técnicas de investigación histórica", nos deja una interesante reflexión sobre el sentido de la Historia. Uno de los mayores estímulos que puede sentir un docente es comprobar que tus estudiantes son capaces de formar pensamientos propios, complejos, y además engarzarlos con una redacción cuidada. Atreverse a pensar, en definitiva.


La Utilidad de la Historia

Author: Paula Ortega / Etiquetas:



“La filosofia no necesita protección, ni atención, ni simpatía de la masa. Cuida su aspecto de perfecta inutilidad, y con ello se liberta de toda supeditación al hombre medio.”

Ortega y Gasset. La rebelión de las masas.


A raíz del artículo de mi compañero Daniel Atienza “Donde habite el olvido” se me ocurrió recurrir a Ortega y Gasset, con el que coincido en numerosos aspectos para explicar cuál es para mí la utilidad de la Historia.

Cuatro años casi llevo preguntándome para qué sirve saber Historia además de para “pensar mejor”. Me lo he estado preguntando, sobretodo, de cara al “forastero” en materia. Para mí la Historia aporta una visión panorámica de la evolución del hombre en casi todos los aspectos. Pero no me pareció suficiente justificación la de explicar que la historia me ayuda a entender las transiciones, la evolución (o involución), las innovaciones técnicas, los cambios del pensamiento, las batallas, los tipos de dominación, la extinción de ciertas civilizaciones y el triunfo de otras, a entender el presente, que todo termina... etc.

¿Y qué utilidad puede hallar la sociedad en ésto? Cada vez me parece más lógico y menos sensato que la historia (y la filosofía) se observe “desde fuera” como algo inútil. La visión sobre ”el todo” parece estar en extinción porque “el todo” no sirve para convertirnos en engranajes del sistema. De hecho, se tiende a la hiperespecialización en todos los ámbitos. “El todo”, pues, ya no es útil. El sistema no necesita ser comprendido, sencillamente debe ser mantenido y para eso estudiamos en pro de transformarnos en microtornillos de una macroestructura.

Pero recurriré al bueno de Ortega, que explica muy bien las cosas y es harto persuasor:

Según Ortega la dominación actual es ejercida por el burgués, cuya élite es representada por el técnico, el hombre de ciencia, quien ha ido estrechando su campo de ocupación intelectual “perdiendo contacto con las demás partes de la ciencia, con una interpretación integral del universo”. Para Ortega ésto comienza con el enciclopedismo del siglo XIX y progresivamente va desplazándose la adquisición de una cultura integral a favor de una mayor especialización. En 1890 surge una nueva generación cuyos conocimientos están realmente limitados a una ciencia determinada de la cual se tiende a conocer únicamente la pequeña porción en la que se está activo. El investigador “llega a proclamar como una virtud el no enterarse de cuanto quede fuera del angosto paisaje que especialmente cultiva, y llama dilettantismo a la curiosidad por el conjunto del saber”.

Y habla Ortega, también, sobre la creciente complejidad de la civilización cuyos problemas han de resolverse con nuevos medios perfeccionados “pero es menester que cada nueva generación se haga dueña de esos medios adelantados. Entre estos hay uno perogrullesco unido al avance de una civilización, que es tener mucho pasado a su espalda, mucha experiencia; en suma: historia. El saber histórico es una técnica de primer orden para conservar y continuar una civilización provecta. No porque dé soluciones positivas al nuevo cariz de los conflictos vitales sino porque evita cometer los errores ingenuos de otros tiempos.” Y para Ortega era éste el principal problema, la falta de “cultura histórica” y parece que hogaño no ha variado la situación asaz. Si al pasado “se le echa, vuelve, vuelve irremediablemente”y para evitarlo hay que saber que existe.

Y no debe dejarse de lado sentencia tal como “somos unos enanos encaramados en los hombros de unos gigantes. Así vemos más lejos que ellos, no porque nuestra mirada sea más aguda o nuestra estatura más alta, sino porque ellos nos llevan encima y nos elevan sobre su altura gigantesca" de Bernardo de Chartres, que hacía referencia al superhombre griego que abrió paso al de su tiempo. No hay más que profundizar el surco ya marcado y si el surco se hace muy profundo se convierte en pozo y si se sigue cavando, en abismo. Entonces es más difícil verlo todo desde un sólo punto. Como dice Ortega “la civilización cuanto más avanza se hace más compleja y más difícil” y “es el hombre quien fracasa por no poder seguir con el progreso de su misma civilización. Da grima oír hablar sobre los temas más elementales del día a las personas relativamente más cultas. Parecen toscos labriegos que con dedos gruesos y torpes quieren coger una aguja que está sobre una mesa. Se manejan, por ejemplo, los temas políticos y sociales con el instrumental de conceptos romos que sirvieron hace doscientos años para afrontar situaciones de hecho doscientas veces menos sutiles”. Y he aquí, que nos encontramos con la mencionada dominación burguesa, fomentadora de la técnica y del técnico, que como dice Ortega, puede ser mediocre y hacer avanzar a la civilización, pero sin el mérito del clásico precursor que lo veía todo desde el pequeño surco, el “todo” era una parte ínfima de todo. Y aun conociendo éste técnico burgués únicamente un pequeñísimo ámbito, “encerrándose en uno”, se convierte en el ejemplo. Así se fomenta la “desarticulación del saber”. “Se trabaja con uno de esos métodos como con una máquina, y ni siquiera es forzoso para obtener abundantes resultados poseer ideas rigurosas sobre el sentido y fundamento de ellos. Así la mayor parte de los científicos empujan el progreso general de la ciencia encerrados en la celdilla de su laboratorio, como la abeja en la de su panal o como el pachón de asador en su cajón”. Y prosigue más adelante “el especialista “sabe” muy bien su mínimo rincón de universo; pero ignora de raíz todo el resto”.

Y con ésto quiero llegar a justificar el estudio de la Historia (y la Filosofía) como el estudio del “todo”, a pesar de las especializaciones que nos invaden por doquier. Estos estudios que parecen condenados a la extinción son los más útiles para agilizar a las mientes pero poco para conservar al sistema.

Fuente: ORTEGA Y GASSET, José. La rebelión de las masas. (Concretamente los siguientes capítulos: “X Primitivismo e Historia”, “XI La época del ´señorito satisfecho´“ y “XII La barbarie del ´especialismo´”). Altaya. Grandes Obras del Pensamiento. Barcelona, 1993.

lunes, 12 de diciembre de 2011

¿Talento? Si, sólo cuando hay trabajo

Génesis, de 1º de Grado en Español, vuelve a demostrar lo mucho que pueden hacer nuestros estudiantes cuando se empeñan en ser originales a la par que trabajadores. Aquí dejo su entrada

Nunca subestimes el talento para olvidar que despiertan las guerras

Alguien dijo una vez que nada da más miedo que un héroe que vive para contarlo, para contar aquello que todos los que cayeron a su lado no podrán contar jamás.
Demos un paseo por la historia.
No te puedo garantizar plena satisfacción al terminar esta proyección; sin embargo puedo asegurarte que tomar mi mano y dejarte llevar quizá fue lo mejor que pudiste hacer 5 minutos atrás.


Pocos imaginan la importancia de la Historia Militar para entender acontecimientos del pasado y desde esta rama proyectarlos hacia el futuro y comprender por descontado, también nuestro presente.Hablemos de hechos, de ejércitos, de medios, de circunstancias de lugar y tiempo, organizaciones, doctrinas . . .


La Historia Militar fue la principal fuente en las enseñanzas de guerra; hasta el punto de que aquel que un día se proclamó Cónsul Vitalicio en Francia registraría sus hazañas militares en "páginas de oro" en sus Memorias. También pensé en las campañas militares de un imponente Viriato, que defendió hasta la muerte su territorio del asedio romano con la táctica de la guerrilla. Quería ataques rápidos, decisivos, violentos pero muy estratégicos. No dudo en entregar su vida por su pueblo.


Las primeras órdenes militares, a la vez militares y religiosas actuaron como protectoras de los peregrinos a Tierra Santa, pero también protegieron los santos lugares. Dependían directamente del Papa y organizaban su regla comunitaria según una regla monástica que permitiese la compatibilidad con las actividades guerreras.


España. Rodeada de mar y un tanto excéntrica en Europa, su posición geográfica siempre ha determinado su itinerario histórico cuando la capacidad humana para eludir los inconvenientes de la naturaleza era más bien escasa.Con los Reyes Católicos se lleva a cabo de manera eficaz la construcción de un "armamento general" .Durante la Edad Media debemos destacar la figura del caballero como principal arma ofensiva debido a la importancia de las tareas de reconquista.


Hablemos de la importancia del Ejército como colectivo e individualmente de sus componentes desde el punto de vista de la vida política nacional.


Cuando Carlos I de España y V de Alemania recibiera su fabulosa herencia territorial convertiría a España en el país más poderoso de Europa llegando a construir el mayor imperio que hasta entonces se había conocido en la Historia y como no, convirtiéndose en el dueño del mundo.


Los españoles fueron los árbitros de ese mundo; los tercios reales impusieron la paz española - y otras muchas la guerra- por casi toda Europa. Sin embargo unas cuantas decenas de miles de buenos soldados es poco para todo el mundo. Entonces es preciso contratar mercenarios, pagar viajes y expediciones, cortes de virreyes. . . etc. Y hay que pedir préstamos, con la garantía de los famosos ingresos de unas Indias con las venas casi abiertas.En 1539 se debe un millón de ducados a los banqueros Fúcar, Welser, Schatz o Spínola. La política imperialista del primer Austria detuvo el proceso de unificación peninsular, ya que los reinos españoles quedaron incorporados a una complejísima pluralidad de señoríos y no se pudo concebir la consolidación de una, ni prematura, nacionalidad española. La cuestión religiosa fue una cuestión que perseguiría a Carlos V hasta su celda de enfermo.El estado de las arcas siempre les obliga a aprender algo. Sus recursos estan al borde del agotamiento, sus armas cubiertas de polvo.


El Sueño y la Tragedia:

Belchite fue una de tantas poblaciones arrasadas entre 1936 y 1939. Para los vencedores la guerra fue una cruzada contra una revolución atea que amenazaba con destruir sus valores tradicionales.Para los vencidos fue una liberación contra los poderes nacionales que oprimían España desde hace siglos. Lo que había comenzado con un golpe militar terminó con casi 3 años de Guerra Civil.La República fue acogida con euforia, ya que representaba una nueva España moderna.


Durante la República tenemos un panorama social muy sombrío. La sociedad estaba muy atrasada y dividida y la gran depresión económica mundial tampoco ayudó. Los trabajadores del campo, muchos mal pagados o en paro, esperaban que las prometidas reformas fueran drásticas e inmediatas. Sin embargo; más allá de expectativas de reforma poderosos intereses generales (y particulares) obstaculizaban su llegada. Una Iglesia profundamente conservadora, un Ejército acostumbrado a intervenir en la vida pública o una clase dominante fielmente decidida a mantener sus privilegios.


Andalucía representaba estas desigualdades, era una tierra de extensos latifundios y grandes terratenientes. La Reforma Agraria de 1932 sólo sirvió para ilusionar a los agotados jornaleros e irritó a más de un terrateniente. Entonces encontramos un problema: Reforma Agraria sin revolución no es posible. Aquellos que no son dueños de nada luchan por tener la tierra; así como los que la poseen luchan por conservarla.Cuando la paciencia de los jornaleros extremeños se agotó llegaron a ocupar unas 300 fincas, entonces irónicamente unos terratenientes asustados ya no temían por sus propiedades sino por sus propias vidas.La Iglesia también lucho por conservar sus privilegios pero fueron un blanco de rechazo para los que la consideraron aliada del poder.


En la República el anticlericalismo llegó a convertirse en violencia callejera motivada por ese espíritu constante rebeldía. En alguna ocasión Pilar Primo de Rivera aseguró que la quema de los conventos donde había sido bautizada o hecho la comunión había sido un hecho realmente triste para ella.Por otro lado Cataluña y P. Vasco eran regiones más diferenciadas. En 1931 se le concedió a Cataluña el Estatuto de Cataluña.Más tarde Franco suprimiría esta autonomía, asegurando que Cataluña tendría el honor de ser gobernada igual que el resto de España. Todos sabrían lo que este honor significaba.La unidad de la patria fue la obsesión de los militares. Ya habían perdido sus posesiones ultramarinas y en los años 20 la guerra en Marruecos amenazaba sus últimas posesiones.Una República que pretendía modernizar el Ejército se ganó la aversión de muchos militares. Propuso el exceso de militares, 1 Oficial por cada 9 soldados.Nunca nos paramos a pensar que la polarización se extrema en el intento de diálogo político. Más dramático aún es ese aire de tensión y división, hasta tal punto que un socialista era visto como un demonio con martillo.Dos ámbitos: el militar y el político están, a menudo muy unidos, con tintes nacionalistas y una determinada intencionalidad política, que pocos nos detenemos a analizar. Franco era monárquico de corazón, creía en el resurgir nacional. Creía en Dios, en la patria, la familia y el orden.
Él creía en la unidad central, un gobierno fuerte y autoritario sin más opciones y determinado en la máxima medida por el control militar. Sin embargo rechazaba cualquier noción de función militar corporativa que diera a estas cierta independencia institucional. Quizá su faceta más desconocida sea la de guionista; escribió el "Guión de Raza"que denota su gran desprecio hacia el gobierno. Aquí las causa de la guerra estaban clarísimas y el levantamiento militar más que justificado. Pensó: "Vamos hacia un abismo comunista que destruirá a la familia española" y situándome en sus pensamientos añadiría "y yo eso no puedo consentirlo".Franco se ganó su prestigio como líder de los regulares en Marruecos. Sus tropas avanzaron para liberar el Alcázar con una artillería muy poderosa y vencer la resistencia de las milicias. Llegó a España y fue recibido como un héroe. El 1 de Octubre de 1936 asumió el poder absoluto de la España Nacionalista. La realidad es inevitable, un mando único gana una guerra, un mando colegial y disperso la pierde.


En el s.XX España no participa en la 1ª Guerra Mundial y en muy escasa media participa en la 2ª Guerra Mundial. Esta no intervención afecta a las capacidades técnicas, tácticas y estratégicas de las fuerzas armadas; en cambio su intervención en asuntos políticos es constante en la segunda década de este siglo.Se ha comprobado que militares al servicio de Franco realizaban muy buenos estudios de las operaciones militares. La calidad metodológica de estos estudios de historia ha mejorado el contenido de la información archivada.


Una vez un joven monárquico ministro durante el primer período de dictadura ,llamado Pedro Sainz Rodríguez, acude a una entrevista con Franco. Éste estaba sentado en una mesa tomando chocolate con bizcochos; a su lado tenía una pila de expedientes que iba clasificando unos sobre la mesa, y otros sabre la silla.A la salida este joven atormentado por la duda le pregunta a su ayudante: -¿Qué eran esos papeles que tenía el general Franco?.Este le contestó: - Son las sentencias de muerte. Aquellos que pone en la silla son para firmar y los de la mesa son para revisar.Pedro no pudo borrar una imagen de su mente. La tranquilidad con la que este general realizaba sus funciones mientras sumergía los pastelitos en el espeso chocolate. Entonces pensó que esto no era más que el producto de esa“ entidad militar".


Aquel viejo coronel de Gabriel García Márquez, que siempre esperó una carta que nunca llegaría, inspiró esta “historia de otra historia”. No porque pensara en un reflejo de una situación así en España claro está; sino porque me fascinó la idea de militares que vieran la vida política (y social) del mismo modo que atravesarle el corazón a su enemigo.