¿Qué ocurre si a una persona le dices que se va a caer? Pues
seguramente se caerá. En cambio, si le pides que corra o vuele
asegurándole que ahí estarás para ayudarle a levantarse e intentarlo de
nuevo. Es el efecto Pigmalión, que en Psicología y Pedagogía viene a
significar que llegamos a conseguir aquello en lo que realmente creemos.
Si pensamos que nuestros estudiantes nunca lograrán sus objetivos, lo
normal es que no lleguen. En cambio, si les animamos una y otra vez, si
les motivamos y les hacemos ver que son únicos, experimentaremos la
magnífica sensación de observar cómo crecen a nuestro lado.
De
ahí que una parte no menor de la práctica educativa resida en confiar y
motivar, en hacerles pensar con son indestructibles ante sus retos. Con
trabajo, esfuerzo y sufrimento, naturalmente, pero convencidos que,
finalmente, serán capaces de volar.
Me ha llegado el siguiente vídeo al respecto. Aunque promocional, reconozco que me ha emocionado: https://www.youtube.com/watch?v=vApxicRKxUo&list=PLI3IGwANU7z65Ty7n1Cpmi_9XZlshwJKC