miércoles, 15 de febrero de 2012

El Gran Teo Ruiz

Acabo de enterarme de la concesión de la National Humanities Medal al profesor Teófilo Ruiz. Teo Ruiz es un brillante profesor en UCLA. Especialista en la Castilla bajomedieval, este profesor es un referente en todos los sentidos para los que amamos la historia con su mismo entusiasmo. Además fue mi "advisor" en 2006 durante los meses de julio y agosto, cuando tuve la oportunidad de desplazarme a este centro.
¡Enhorabuena Teo! Te lo mereces.

martes, 7 de febrero de 2012

Breve entrada para un día tan especial...


...Pues sí, día especial porque hoy, junto a Mónica Carabias (Dpto. de Historia del Arte III) hemos impartido un seminario de innovación educativa en nuestra facultad. Hemos tenido trece asistentes, lo que puede considerarse una buena marca si tenemos en cuenta la inacción en la que se mueve el profesorado por estos lares.
Hemos realizado una dinámica de grupo, hemos debatido sobre cómo mejorar nuestras prestaciones como profesionales de la enseñanza y, finalmente, hemos tenido la oportunidad de compartir nuestras propias experiencias para ser mejoradas. Por actos como este y, sobre todo, por la posibilidad de mejorar, merece la pena dedicar tantas y tantas horas a este trabajo tan maravilloso.
Sólo me queda agradecer la participación de estos profesores, la cobertura y apoyo dispensado por el Vicedecanato de Innovación y Nuevas Tecnologías -grande Felipe, grande- y la presencia de Roberto Carballo para hacer, si cabe, más interesante el evento.

En realidad era una jornada de trabajo preparatoria para el IV Encuentro sobre Experiencias Grupales Innovadoras, previsto para abril, y que promete ser un evento muy importante. A él están invitados todos los profesores, estudiantes, profesores de secundaria, documentalistas, etc. innovadores que deseen acudir. Quizás me deje llevar por el entusiasmo, pero puede haber un antes y un después de este Encuentro.

¡Estáis todos invitados!



viernes, 3 de febrero de 2012

El examen, con una sonrisa.

Hoy he asistido a una de las pruebas más distendidas que recuerdo. Distendidas para mí, quizás no tanto para mis estudiantes de primero de Grado en Filología. Pero ¡había sonrisas entre los asistentes! Dado que debían preparar las preguntas con antelación y, además, podían presentarse al examen con el material que deseasen -incluido dispositivos electrónicos-, no tenía demasiado sentido guardar el orden establecido.
La verdad es que me ha gustado la sensación, pues era una sensación de libertad, esa que siempre debe estar presente en cualquier apartado de la vida. Incluso me he atrevido a bromear con ellos en algún momento. Podían salir al baño a fumar, o podían sonreír en un momento determinado. El trabajo ya estaba hecho, para bien o para mal (estoy convencido que para bien, pues éste es uno de los mejores grupos que nunca he tenido).
En fin, no había mejor manera de concluir la asignatura que esbozar... sonrisas en el "examen".