Seguro que no es una frase desconocida para cualquier docente.
Incluso para cualquier interesado en la materia. ¿Qué lecciones se
pueden extraer del pasado? ¿Qué me aporta su estudio para mi presente?
¿Es útil? La respuesta puede ser fácil cuando es un historiador quien la
expresa. Quizás sea más difícil de entender para quien sólo observa la
realidad desde el punto de vista de lo inmediato, en ocasiones de lo
tecnológico.
Historia debería otorgar amplitud de miras. Por
supuesto, para entendernos y mejorarnos. Pero, especialmente, amplitud
de miras para imaginar soluciones para un futuro que irremediablemente
se encuentra ligado al pasado. Mal historiador sería el que no es capaz
de imaginar; mejor dicho, proponer interpretaciones plausibles sobre un
pasado que naturalmente no es posible reconstruir. Si un historiador es
capaz de imaginar soluciones para entender el pasado -perdón, pensaba en
hipótesis fundamentadas- ¿acaso ese modo de entender la realidad no
será aprovechable para generaciones futuras? ¿Su conocimiento, acaso, no
servirá para generar actividad económica?
En cualquier
caso hay un punto en el que los historiadores debemos ser cautos,
cuando no autocríticos. Para pasar de la investigación a la
transferencia hay que conocer algo de metodología de innovación. Quizás
lo más oportuno sea pensar en "Lean Star-Up", cuyo aprendizaje y puesta
en práctica no es tan complejo como en un principio se podría suponer.
Lo más importante, en cualquier caso, es concebir la posibilidad de
pensar de modo diferente, de experimentar la maravillosa sensación de
ser disruptivo como fórmula previa para la creación. Este es el origen
de cualquier libro; también puede ser el origen de cualquier otra forma
de transferencia de conocimiento.
Si hablamos de estos temas, no podemos dejar de mencionar Ashoka y las Escuelas ChangeMaker.Constituyen
el corazón de la innovación, en el aula y fuera de ella. El corazón de
nuevas propuestas para construir un mundo mejor. Mejor desde la clase,
mejor entre todos y con todos. Mejor con pasado, conociendo el mismo
para ponerlo en valor y saber que no habrá ciudadanía mejor formada que
aquella que entienda que sin conocer nuestro pasado es difícil mejorar
el futuro. Empero, señore/as, para ello los historiadores también
deberíamos cambiar algunas de nuestras pautas y saber que, más allá de
los libros, existe el conocimiento y que este solo toma sentido si llega
a la sociedad desde formas múltiples.
David Alonso es Vicedecano de Innovación y Nuevas Tecnologías en la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad Complutense. Su labor docente se centra en el área de Historia Moderna y del Máster de Formación de Profesorado. Este blog nace como un instrumento de su práctica docente e investigadora, así como un lugar de encuentro para reflexiones, debate o comentarios sobre cualquier tema.
viernes, 16 de diciembre de 2016
sábado, 15 de octubre de 2016
Calificando profesores
Hace unos días recibí una magnífica noticia: por vez primera mi universidad ha declarado mi labor docente del curso 2015-2016 como "excelente" gracias a las evaluaciones de alumnos del Máster de Formación de Profesorado, evaluaciones institucionales y autoinforme. En tal calificativo se esconden dos sentimientos contrapuestos. El primero, por supuesto, es de satisfacción y alguna vanidad. El segundo es de desconcierto: ¿acaso este año soy más "excelente" que otros, cuando las evaluaciones oscilaban entre 85-93/100 (para llegar a "excelente" hay que alcanzar el 95/100)? ¿Hasta qué punto es justo poner etiquetas cuando sólo estamos haciendo nuestro trabajo? ¿No estará aumentando este sistema de encuestas la competitividad entre colegas simplemente para conseguir puntuaciones altas antes que buscar que la universidad en su conjunto ofrezca las mejores prestaciones posibles? ¿No sería más efectivo poner el foco sobre las evaluaciones bajas antes que en la altas?
Vaya por delante que defiendo la pertinencia de realizar encuestas obligatorias de todos los profesores/asignaturas ya que constituyen algo así como un "control de calidad" de la Universidad. Por eso participo desde hace muchos años en los sistemas de evaluación "Docentia" de la Universidad Complutense. Lo que no termino de compartir es que estos sistemas de evaluación sean tomados como un atributo de realidad, es decir, que un profesor sea "excelente", "muy positivo", "positivo" o "no positivo" sólo por una puntuación. La realidad, naturalmente, es más compleja. Los resultados de las encuestas son un indicador, una pista. Son relevantes e importantes pero hay numerosos matices que no contemplan: número de alumno/as por aula (tiene más mérito una buena evaluación con muchos estudiantes que con pocos), horarios, instalaciones, orientación de las preguntas, contextualización de la asignatura, etc. Un profesor puede ser magnífico y no llegar a ser "excelente". Otros, quizás, puedan llegar a ser "excelentes" en calificación pero quizás no tan magníficos.
Personalmente no creo que un profesor sea "excelente" por llegar a una determinada puntuación. Al menos yo no me siento este año "excelente" mientras otros años no lo sentía. Soy el mismo con tres puntos más, simplemente. E insisto, lo relevante para la universidad o para el sistema educativo no deberían ser tanto los "excelentes" como aquellos colegas que manifiestamente se comportan como malos profesionales. Que los hay, sin duda.
Vaya por delante que defiendo la pertinencia de realizar encuestas obligatorias de todos los profesores/asignaturas ya que constituyen algo así como un "control de calidad" de la Universidad. Por eso participo desde hace muchos años en los sistemas de evaluación "Docentia" de la Universidad Complutense. Lo que no termino de compartir es que estos sistemas de evaluación sean tomados como un atributo de realidad, es decir, que un profesor sea "excelente", "muy positivo", "positivo" o "no positivo" sólo por una puntuación. La realidad, naturalmente, es más compleja. Los resultados de las encuestas son un indicador, una pista. Son relevantes e importantes pero hay numerosos matices que no contemplan: número de alumno/as por aula (tiene más mérito una buena evaluación con muchos estudiantes que con pocos), horarios, instalaciones, orientación de las preguntas, contextualización de la asignatura, etc. Un profesor puede ser magnífico y no llegar a ser "excelente". Otros, quizás, puedan llegar a ser "excelentes" en calificación pero quizás no tan magníficos.
Personalmente no creo que un profesor sea "excelente" por llegar a una determinada puntuación. Al menos yo no me siento este año "excelente" mientras otros años no lo sentía. Soy el mismo con tres puntos más, simplemente. E insisto, lo relevante para la universidad o para el sistema educativo no deberían ser tanto los "excelentes" como aquellos colegas que manifiestamente se comportan como malos profesionales. Que los hay, sin duda.
domingo, 2 de octubre de 2016
Ser profesor, hoy
¿Qué es profesor hoy en día? La Educación está en un profundo proceso
de transformación, en especial porque el mundo también ha cambiado. Los
más jóvenes deben prepararse para lo que en Babson College me
enseñaron: VUCAH, que en sus siglas inglesas viene a significar
"vulnerabilidad, incertidumbre, complejidad, ambigüedad e
hiperconectividad. Estas son algunas de las condiciones básicas de
nuestra era y para ello debemos prepararnos y preparar a nuestros
estudiantes.
Hace cosa de un año asistí a una sesión sobre Educación en el South Summit, seguramente el mayor foro de emprendimiento del sur de Europa, donde intervino gente como el cofundador de Apple. Pues bien, en aquella sesión se incidió en ideas que hoy en día resultan básicas para desempeñar esa actividad tan apasionante como difícil que es la docencia. Las podríamos resumir en las siguientes:
1. El alumno/a ocupa un lugar central en cualquier proceso educativo, de lo que se deriva que tiene que ser un estudiante activo y participante.
2. Los procesos de formación afectan a espacios de educación reglada, no reglada e informal, por lo que resulta imprescindible buscar espacios de cooperación entre todos ellos.
3. La motivación es esencial para lograr la implicación del alumno/a. Por tal motivo hay que otorgar espacios de libertad donde los alumnos puedan ir creciendo como estudiantes y especialmente como personas.
4. La tecnología ayuda, apoya y en algún caso hace posible todo lo anterior.
Como acercamiento a los "nuevos paradigmas" que inundan la educación, os dejo el siguiente enlace a un vídeo muy conocido K. Robinson, uno de los máximos especialistas sobre estas cuestiones.
¿Os atrevéis a ser buenos profesores y disfrutar con ello? Amad esta profesión, confiad en vuestros estudiantes, atreveros a plantear nuevas formas de enseñanza en función de los puntos anteriores. Los resultados no tardarán en llegar. Quien lo probó, lo sabe.
Un saludo,
Hace cosa de un año asistí a una sesión sobre Educación en el South Summit, seguramente el mayor foro de emprendimiento del sur de Europa, donde intervino gente como el cofundador de Apple. Pues bien, en aquella sesión se incidió en ideas que hoy en día resultan básicas para desempeñar esa actividad tan apasionante como difícil que es la docencia. Las podríamos resumir en las siguientes:
1. El alumno/a ocupa un lugar central en cualquier proceso educativo, de lo que se deriva que tiene que ser un estudiante activo y participante.
2. Los procesos de formación afectan a espacios de educación reglada, no reglada e informal, por lo que resulta imprescindible buscar espacios de cooperación entre todos ellos.
3. La motivación es esencial para lograr la implicación del alumno/a. Por tal motivo hay que otorgar espacios de libertad donde los alumnos puedan ir creciendo como estudiantes y especialmente como personas.
4. La tecnología ayuda, apoya y en algún caso hace posible todo lo anterior.
Como acercamiento a los "nuevos paradigmas" que inundan la educación, os dejo el siguiente enlace a un vídeo muy conocido K. Robinson, uno de los máximos especialistas sobre estas cuestiones.
¿Os atrevéis a ser buenos profesores y disfrutar con ello? Amad esta profesión, confiad en vuestros estudiantes, atreveros a plantear nuevas formas de enseñanza en función de los puntos anteriores. Los resultados no tardarán en llegar. Quien lo probó, lo sabe.
Un saludo,
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