jueves, 29 de diciembre de 2011

¿Qué es la Historia? A propósito de un libro reciente...


Que nadie piense que dejar las clases implica el cese de toda actividad neuronal. Todo lo contrario. En este caso he concluido con la lectura de un libro que me parece de lo más sugerente (J. Luckas, El futuro de la Historia, Madrid, Turner, 2011).

Se trata de un libro valiente, en ocasiones polémico, sobre el sentido que tiene el estudio de la Historia para el autor y el futuro que le augura. Digo que es un libro valiente ya que no son muchos los historiadores que reflexionan sobre nuestra propia actividad y profesión, con todo lo que eso conlleva (Véase el célebre Homo Academicus de Bourdieu). Para Luckas, la Historia es más literatura que ciencia, de ahí que califique (con cierto desdén) como "modas" la irrupción de las grandes escuelas historiográficas del siglo XX. Además, siempre según este autor, la Historia no puede y no deber pertenecer a un colectivo único, el de "historiadores profesionales", ya que también a partir de la novela se puede aprender mucho del pasado. De ahí que apueste de un modo claro por hacer divulgación, por hacer, contar, plasmar y enseñar historia por todos y para todos.

Contar con escritos que hagan reflexionar, pensar, siempre debe ser bienvenido. En este caso, además, se trata de un libro con el que muy posiblemente se coincidirá en algo y muy difícilmente se puede estar de acuerdo con el conjunto de diatribas aquí reunidas. En mi opinión, acierta de lleno al mostrar la aparente paradoja en la que nos movemos: la sociedad reclama más y más historia, mientras que la versión académica (su enseñanza, el valor de sus profesionales, etc), tiende a decrecer. Ahora bien, es un libro que parece defender la utilidad de la historia-literatura entendida en el sentido más clásico del término, como si la aproximación a las Ciencias Sociales fuese negativa per se. Así, Luckas reivindica la vigencia de los métodos clásicos de enseñanza y escritura del pasado al tiempo que desdeña las aportaciones que pudieran proceder de las Nuevas Tecnologías.

En suma, se trata de un libro que no deja indiferente al lector. Además tiene pasajes célebres como el siguiente, cuyo objetivo es reivindicar el interés de la historia-divulgación:

"Pero hoy el hambre de historia de muchos estadounidenses ha alcanzado cotas considerables y desconocidos hasta ahora. Y, por supuesto, esa hambre se puede saciar, y de hecho se está saciando, con abundante comida basura. Puede que los historiadores profesionales sean conscientes de esto último, pero no lo son, en general, del significado de esa hambre" (p. 63).

Por ello mismo es un libro recomendable para todo lector animoso en su propio pensamiento.

jueves, 15 de diciembre de 2011

Atreverse a pensar



Paula, alumna de 4º curso de "Métodos y técnicas de investigación histórica", nos deja una interesante reflexión sobre el sentido de la Historia. Uno de los mayores estímulos que puede sentir un docente es comprobar que tus estudiantes son capaces de formar pensamientos propios, complejos, y además engarzarlos con una redacción cuidada. Atreverse a pensar, en definitiva.


La Utilidad de la Historia

Author: Paula Ortega / Etiquetas:



“La filosofia no necesita protección, ni atención, ni simpatía de la masa. Cuida su aspecto de perfecta inutilidad, y con ello se liberta de toda supeditación al hombre medio.”

Ortega y Gasset. La rebelión de las masas.


A raíz del artículo de mi compañero Daniel Atienza “Donde habite el olvido” se me ocurrió recurrir a Ortega y Gasset, con el que coincido en numerosos aspectos para explicar cuál es para mí la utilidad de la Historia.

Cuatro años casi llevo preguntándome para qué sirve saber Historia además de para “pensar mejor”. Me lo he estado preguntando, sobretodo, de cara al “forastero” en materia. Para mí la Historia aporta una visión panorámica de la evolución del hombre en casi todos los aspectos. Pero no me pareció suficiente justificación la de explicar que la historia me ayuda a entender las transiciones, la evolución (o involución), las innovaciones técnicas, los cambios del pensamiento, las batallas, los tipos de dominación, la extinción de ciertas civilizaciones y el triunfo de otras, a entender el presente, que todo termina... etc.

¿Y qué utilidad puede hallar la sociedad en ésto? Cada vez me parece más lógico y menos sensato que la historia (y la filosofía) se observe “desde fuera” como algo inútil. La visión sobre ”el todo” parece estar en extinción porque “el todo” no sirve para convertirnos en engranajes del sistema. De hecho, se tiende a la hiperespecialización en todos los ámbitos. “El todo”, pues, ya no es útil. El sistema no necesita ser comprendido, sencillamente debe ser mantenido y para eso estudiamos en pro de transformarnos en microtornillos de una macroestructura.

Pero recurriré al bueno de Ortega, que explica muy bien las cosas y es harto persuasor:

Según Ortega la dominación actual es ejercida por el burgués, cuya élite es representada por el técnico, el hombre de ciencia, quien ha ido estrechando su campo de ocupación intelectual “perdiendo contacto con las demás partes de la ciencia, con una interpretación integral del universo”. Para Ortega ésto comienza con el enciclopedismo del siglo XIX y progresivamente va desplazándose la adquisición de una cultura integral a favor de una mayor especialización. En 1890 surge una nueva generación cuyos conocimientos están realmente limitados a una ciencia determinada de la cual se tiende a conocer únicamente la pequeña porción en la que se está activo. El investigador “llega a proclamar como una virtud el no enterarse de cuanto quede fuera del angosto paisaje que especialmente cultiva, y llama dilettantismo a la curiosidad por el conjunto del saber”.

Y habla Ortega, también, sobre la creciente complejidad de la civilización cuyos problemas han de resolverse con nuevos medios perfeccionados “pero es menester que cada nueva generación se haga dueña de esos medios adelantados. Entre estos hay uno perogrullesco unido al avance de una civilización, que es tener mucho pasado a su espalda, mucha experiencia; en suma: historia. El saber histórico es una técnica de primer orden para conservar y continuar una civilización provecta. No porque dé soluciones positivas al nuevo cariz de los conflictos vitales sino porque evita cometer los errores ingenuos de otros tiempos.” Y para Ortega era éste el principal problema, la falta de “cultura histórica” y parece que hogaño no ha variado la situación asaz. Si al pasado “se le echa, vuelve, vuelve irremediablemente”y para evitarlo hay que saber que existe.

Y no debe dejarse de lado sentencia tal como “somos unos enanos encaramados en los hombros de unos gigantes. Así vemos más lejos que ellos, no porque nuestra mirada sea más aguda o nuestra estatura más alta, sino porque ellos nos llevan encima y nos elevan sobre su altura gigantesca" de Bernardo de Chartres, que hacía referencia al superhombre griego que abrió paso al de su tiempo. No hay más que profundizar el surco ya marcado y si el surco se hace muy profundo se convierte en pozo y si se sigue cavando, en abismo. Entonces es más difícil verlo todo desde un sólo punto. Como dice Ortega “la civilización cuanto más avanza se hace más compleja y más difícil” y “es el hombre quien fracasa por no poder seguir con el progreso de su misma civilización. Da grima oír hablar sobre los temas más elementales del día a las personas relativamente más cultas. Parecen toscos labriegos que con dedos gruesos y torpes quieren coger una aguja que está sobre una mesa. Se manejan, por ejemplo, los temas políticos y sociales con el instrumental de conceptos romos que sirvieron hace doscientos años para afrontar situaciones de hecho doscientas veces menos sutiles”. Y he aquí, que nos encontramos con la mencionada dominación burguesa, fomentadora de la técnica y del técnico, que como dice Ortega, puede ser mediocre y hacer avanzar a la civilización, pero sin el mérito del clásico precursor que lo veía todo desde el pequeño surco, el “todo” era una parte ínfima de todo. Y aun conociendo éste técnico burgués únicamente un pequeñísimo ámbito, “encerrándose en uno”, se convierte en el ejemplo. Así se fomenta la “desarticulación del saber”. “Se trabaja con uno de esos métodos como con una máquina, y ni siquiera es forzoso para obtener abundantes resultados poseer ideas rigurosas sobre el sentido y fundamento de ellos. Así la mayor parte de los científicos empujan el progreso general de la ciencia encerrados en la celdilla de su laboratorio, como la abeja en la de su panal o como el pachón de asador en su cajón”. Y prosigue más adelante “el especialista “sabe” muy bien su mínimo rincón de universo; pero ignora de raíz todo el resto”.

Y con ésto quiero llegar a justificar el estudio de la Historia (y la Filosofía) como el estudio del “todo”, a pesar de las especializaciones que nos invaden por doquier. Estos estudios que parecen condenados a la extinción son los más útiles para agilizar a las mientes pero poco para conservar al sistema.

Fuente: ORTEGA Y GASSET, José. La rebelión de las masas. (Concretamente los siguientes capítulos: “X Primitivismo e Historia”, “XI La época del ´señorito satisfecho´“ y “XII La barbarie del ´especialismo´”). Altaya. Grandes Obras del Pensamiento. Barcelona, 1993.

lunes, 12 de diciembre de 2011

¿Talento? Si, sólo cuando hay trabajo

Génesis, de 1º de Grado en Español, vuelve a demostrar lo mucho que pueden hacer nuestros estudiantes cuando se empeñan en ser originales a la par que trabajadores. Aquí dejo su entrada

Nunca subestimes el talento para olvidar que despiertan las guerras

Alguien dijo una vez que nada da más miedo que un héroe que vive para contarlo, para contar aquello que todos los que cayeron a su lado no podrán contar jamás.
Demos un paseo por la historia.
No te puedo garantizar plena satisfacción al terminar esta proyección; sin embargo puedo asegurarte que tomar mi mano y dejarte llevar quizá fue lo mejor que pudiste hacer 5 minutos atrás.


Pocos imaginan la importancia de la Historia Militar para entender acontecimientos del pasado y desde esta rama proyectarlos hacia el futuro y comprender por descontado, también nuestro presente.Hablemos de hechos, de ejércitos, de medios, de circunstancias de lugar y tiempo, organizaciones, doctrinas . . .


La Historia Militar fue la principal fuente en las enseñanzas de guerra; hasta el punto de que aquel que un día se proclamó Cónsul Vitalicio en Francia registraría sus hazañas militares en "páginas de oro" en sus Memorias. También pensé en las campañas militares de un imponente Viriato, que defendió hasta la muerte su territorio del asedio romano con la táctica de la guerrilla. Quería ataques rápidos, decisivos, violentos pero muy estratégicos. No dudo en entregar su vida por su pueblo.


Las primeras órdenes militares, a la vez militares y religiosas actuaron como protectoras de los peregrinos a Tierra Santa, pero también protegieron los santos lugares. Dependían directamente del Papa y organizaban su regla comunitaria según una regla monástica que permitiese la compatibilidad con las actividades guerreras.


España. Rodeada de mar y un tanto excéntrica en Europa, su posición geográfica siempre ha determinado su itinerario histórico cuando la capacidad humana para eludir los inconvenientes de la naturaleza era más bien escasa.Con los Reyes Católicos se lleva a cabo de manera eficaz la construcción de un "armamento general" .Durante la Edad Media debemos destacar la figura del caballero como principal arma ofensiva debido a la importancia de las tareas de reconquista.


Hablemos de la importancia del Ejército como colectivo e individualmente de sus componentes desde el punto de vista de la vida política nacional.


Cuando Carlos I de España y V de Alemania recibiera su fabulosa herencia territorial convertiría a España en el país más poderoso de Europa llegando a construir el mayor imperio que hasta entonces se había conocido en la Historia y como no, convirtiéndose en el dueño del mundo.


Los españoles fueron los árbitros de ese mundo; los tercios reales impusieron la paz española - y otras muchas la guerra- por casi toda Europa. Sin embargo unas cuantas decenas de miles de buenos soldados es poco para todo el mundo. Entonces es preciso contratar mercenarios, pagar viajes y expediciones, cortes de virreyes. . . etc. Y hay que pedir préstamos, con la garantía de los famosos ingresos de unas Indias con las venas casi abiertas.En 1539 se debe un millón de ducados a los banqueros Fúcar, Welser, Schatz o Spínola. La política imperialista del primer Austria detuvo el proceso de unificación peninsular, ya que los reinos españoles quedaron incorporados a una complejísima pluralidad de señoríos y no se pudo concebir la consolidación de una, ni prematura, nacionalidad española. La cuestión religiosa fue una cuestión que perseguiría a Carlos V hasta su celda de enfermo.El estado de las arcas siempre les obliga a aprender algo. Sus recursos estan al borde del agotamiento, sus armas cubiertas de polvo.


El Sueño y la Tragedia:

Belchite fue una de tantas poblaciones arrasadas entre 1936 y 1939. Para los vencedores la guerra fue una cruzada contra una revolución atea que amenazaba con destruir sus valores tradicionales.Para los vencidos fue una liberación contra los poderes nacionales que oprimían España desde hace siglos. Lo que había comenzado con un golpe militar terminó con casi 3 años de Guerra Civil.La República fue acogida con euforia, ya que representaba una nueva España moderna.


Durante la República tenemos un panorama social muy sombrío. La sociedad estaba muy atrasada y dividida y la gran depresión económica mundial tampoco ayudó. Los trabajadores del campo, muchos mal pagados o en paro, esperaban que las prometidas reformas fueran drásticas e inmediatas. Sin embargo; más allá de expectativas de reforma poderosos intereses generales (y particulares) obstaculizaban su llegada. Una Iglesia profundamente conservadora, un Ejército acostumbrado a intervenir en la vida pública o una clase dominante fielmente decidida a mantener sus privilegios.


Andalucía representaba estas desigualdades, era una tierra de extensos latifundios y grandes terratenientes. La Reforma Agraria de 1932 sólo sirvió para ilusionar a los agotados jornaleros e irritó a más de un terrateniente. Entonces encontramos un problema: Reforma Agraria sin revolución no es posible. Aquellos que no son dueños de nada luchan por tener la tierra; así como los que la poseen luchan por conservarla.Cuando la paciencia de los jornaleros extremeños se agotó llegaron a ocupar unas 300 fincas, entonces irónicamente unos terratenientes asustados ya no temían por sus propiedades sino por sus propias vidas.La Iglesia también lucho por conservar sus privilegios pero fueron un blanco de rechazo para los que la consideraron aliada del poder.


En la República el anticlericalismo llegó a convertirse en violencia callejera motivada por ese espíritu constante rebeldía. En alguna ocasión Pilar Primo de Rivera aseguró que la quema de los conventos donde había sido bautizada o hecho la comunión había sido un hecho realmente triste para ella.Por otro lado Cataluña y P. Vasco eran regiones más diferenciadas. En 1931 se le concedió a Cataluña el Estatuto de Cataluña.Más tarde Franco suprimiría esta autonomía, asegurando que Cataluña tendría el honor de ser gobernada igual que el resto de España. Todos sabrían lo que este honor significaba.La unidad de la patria fue la obsesión de los militares. Ya habían perdido sus posesiones ultramarinas y en los años 20 la guerra en Marruecos amenazaba sus últimas posesiones.Una República que pretendía modernizar el Ejército se ganó la aversión de muchos militares. Propuso el exceso de militares, 1 Oficial por cada 9 soldados.Nunca nos paramos a pensar que la polarización se extrema en el intento de diálogo político. Más dramático aún es ese aire de tensión y división, hasta tal punto que un socialista era visto como un demonio con martillo.Dos ámbitos: el militar y el político están, a menudo muy unidos, con tintes nacionalistas y una determinada intencionalidad política, que pocos nos detenemos a analizar. Franco era monárquico de corazón, creía en el resurgir nacional. Creía en Dios, en la patria, la familia y el orden.
Él creía en la unidad central, un gobierno fuerte y autoritario sin más opciones y determinado en la máxima medida por el control militar. Sin embargo rechazaba cualquier noción de función militar corporativa que diera a estas cierta independencia institucional. Quizá su faceta más desconocida sea la de guionista; escribió el "Guión de Raza"que denota su gran desprecio hacia el gobierno. Aquí las causa de la guerra estaban clarísimas y el levantamiento militar más que justificado. Pensó: "Vamos hacia un abismo comunista que destruirá a la familia española" y situándome en sus pensamientos añadiría "y yo eso no puedo consentirlo".Franco se ganó su prestigio como líder de los regulares en Marruecos. Sus tropas avanzaron para liberar el Alcázar con una artillería muy poderosa y vencer la resistencia de las milicias. Llegó a España y fue recibido como un héroe. El 1 de Octubre de 1936 asumió el poder absoluto de la España Nacionalista. La realidad es inevitable, un mando único gana una guerra, un mando colegial y disperso la pierde.


En el s.XX España no participa en la 1ª Guerra Mundial y en muy escasa media participa en la 2ª Guerra Mundial. Esta no intervención afecta a las capacidades técnicas, tácticas y estratégicas de las fuerzas armadas; en cambio su intervención en asuntos políticos es constante en la segunda década de este siglo.Se ha comprobado que militares al servicio de Franco realizaban muy buenos estudios de las operaciones militares. La calidad metodológica de estos estudios de historia ha mejorado el contenido de la información archivada.


Una vez un joven monárquico ministro durante el primer período de dictadura ,llamado Pedro Sainz Rodríguez, acude a una entrevista con Franco. Éste estaba sentado en una mesa tomando chocolate con bizcochos; a su lado tenía una pila de expedientes que iba clasificando unos sobre la mesa, y otros sabre la silla.A la salida este joven atormentado por la duda le pregunta a su ayudante: -¿Qué eran esos papeles que tenía el general Franco?.Este le contestó: - Son las sentencias de muerte. Aquellos que pone en la silla son para firmar y los de la mesa son para revisar.Pedro no pudo borrar una imagen de su mente. La tranquilidad con la que este general realizaba sus funciones mientras sumergía los pastelitos en el espeso chocolate. Entonces pensó que esto no era más que el producto de esa“ entidad militar".


Aquel viejo coronel de Gabriel García Márquez, que siempre esperó una carta que nunca llegaría, inspiró esta “historia de otra historia”. No porque pensara en un reflejo de una situación así en España claro está; sino porque me fascinó la idea de militares que vieran la vida política (y social) del mismo modo que atravesarle el corazón a su enemigo.


lunes, 28 de noviembre de 2011

El conflicto de la Educación

Las medidas de ahorro introducidas por el gobierno de la Comunidad Autónoma de Madrid en el ámbito de la educación pública, junto a la respuesta que ha despertado entre profesores, padres y estudiantes está derivando en un conflicto de la mayor trascendencia para el futuro. No en vano, varias generaciones dependerán de lo que hoy se está haciendo. ¿Se está abordando esta cuestión desde parámetros que permitan avanzar hacia un mejor sistema educativo? Porque esto es lo realmente lo importante y hacía donde deberían encaminarse todos los esfuerzos.

Cuando los conflictos se emponzoñan es difícil intentar mantener una postura equilibrada sin que a uno le acusen de apoyar a cualquiera de las partes. Los profesores, al menos en mi humilde opinión, tienen razón al considerar que la actuación de la Consejería constituye un ataque a la educación pública, máxime cuando la rebaja en el presupuesto coincide con un aumento de los incentivos para la educación concertada y privada. Que un docente tenga más estudiantes por aula, más hora de clase o que incluso deba ocuparse de materias que no son de su especialidad no puede ser positivo en el trabajo que día a día se realiza en nuestros centros. Y esto sin contar con algunos casos de persecución, caza de brujas o como deseemos llamarlo que, efectivamente, se está produciendo.

Ahora bien, la protesta de la comunidad educativa no puede implicar inmovilismo. Los indicadores de calidad demuestran que la formación que reciben los estudiantes es manifiestamente mejorable. Ahí están los informes PISA, cuyos resultados sólo pueden provocar sonrojo. Algo no se está haciendo bien cuando estamos por debajo de la media de países desarrollados en comprensión lectora, matemáticas y competencia científica. El problema es que los profesores se oponen a las medidas impulsadas por Aguirre y su consejera Figar, pero sin mencionar que el sistema educativo tiene que ser revisado. Dicho de otro modo, la inversión pública debe ir de la mano de eficacia y ello, a su vez, requiere de una profunda transformación en la enseñanza, para lo cual, a buen seguro, hay que tocar algunas condiciones de trabajo profundamente arraigadas entre los profesionales de la enseñanza.

Las autoridades, con la Comunidad de Madrid a la cabeza, deben proveer de los fondos necesarios para sostener una educación pública de calidad, que es la mejor garantía para la cohesión social y para mejorar en capacitación profesional y ciudadana de aquellos llamados a dirigir el país. Empero, educación pública de calidad conlleva la necesidad de introducir reformas. Los primeros interesados en plantear estas cuestiones deberían ser sus propios profesionales. En consecuencia, los sindicatos no pueden, no deben, eludir la responsabilidad de buscar la mejor educación pública. Y para ello deben estar dispuestos a sentarse con la CAM no sólo para hablar de dinero, sino para buscar una mejora efectiva de la educación. Y esto implica cambios. El gobierno Aguirre, por su parte, debe concienciarse que la educación no es un gasto, sino una inversión de futuro que requiere de esfuerzos presupuestarios. Racanear en este ámbito supone condenar a nuestra sociedad. No estar dispuestos a buscar nuevas líneas de mejora implica seguir condenándola.

En suma, ambas partes deben negociar, pero no tanto con el objetivo de ahorrar dinero (CAM) o mantener intocable la enseñanza (profesores), sino con el deseo último, inquebrantable y absolutamente necesario de avanzar hacia una educación pública de referencia a nivel internacional.

lunes, 7 de noviembre de 2011

El placer de ser profesor


A continuación reproduzco una entrada de Alicia Reina, alumna de primer curso de Historia en el Grado en Español. Demuestra cuánto pueden, cuánto saben hacer nuestros queridos estudiantes a poco que se les deje vía libre. Con libertad se genera más inquietudes, con ello investigación y, a partir de ahí, conocimiento.

De verdad, estoy entusiasmado con esta entrada.


Los regalos del rey.

Lunes 17 de octubre de 2011:
Esa fue una de las primeras mañanas frías de otoño. Era tarde, así que no tuve tiempo de coger el reproductor de música que llevaba amenizando mis viajes desde hacía unos días si quería subirme al tren que salía desde Móstoles a las ocho y media. Desanimada, pensé que me quedaba por delante una larga y ajetreada jornada, pero entonces recordé que en mi mochila de 2 kilos 400 gramos, quedaba un libro a medio leer…

El ruido inundaba la estación y las conversaciones fluían entre los andenes. Un par de mujeres, de unos treinta años de edad, discutían acerca de la importancia de una lista de boda de un amigo en común. Para mi gusto era demasiado temprano para hablar de un tema de este tipo y menos con tantísima insistencia. A esas horas de la mañana, uno debía estar en el vagón en silencio, como se había hecho toda la vida, para no molestar a los pobres madrugadores cotizantes, así que apagué las orejas e introduje mi mano en la pesada bolsa.

Capítulo IV: Sombras externas, dudas internas.

“También se iniciaron negociaciones para un posible matrimonio entre la infanta María y el heredero a la Corona inglesa, si bien este enlace nunca se consumó.” (Alonso García, 2009: 127-130).
Me encontré con el libro abierto, leyendo una y otra vez estas últimas palabras que había encontrado en uno de los capítulos que perfilaban las tiranteces entre la monarquía hispánica e Inglaterra. Tras varios enfrentamientos, Felipe III, planteándose la situación de otra manera, decidió que la mejor forma de solucionar el conflicto entre ambos bandos era mediante el pacto. Los españoles dejarían de apoyar la sublevación de los católicos irlandeses, mientras que los ingleses no sufragarían las rebeliones en las Provincias Unidas. Así pues, se firmó en 1604 la Paz de Londres, pero no contentos con la estabilidad que este acuerdo suponía, tanto los Austrias -ya con Felipe IV -, como los ingleses -con Jacobo I – quisieron emparentar ambas casas reales con el enlace entre Carlos Estuardo –príncipe de Gales –, y María Ana –hija de Felipe III -. Sin embargo, no fue solo este dato lo que me llamó la atención y me mantuvo pensativa hasta llegar a la estación de Laguna, sino el hecho de que me remontase a una lectura –El Capitán Alatriste –que hice ya hace varios años y que, curiosamente, trataba el mismo tema…

Capítulo V: Los dos ingleses.

“Dice el caballero […] que mañana toda la Europa sabrá que el hijo y heredero del rey Jacobo de Inglaterra está en Madrid con la única escolta y compañía de su amigo el marqués de Buckingham…Y que, aunque por razones de Estado resulte imposible publicar lo ocurrido esta noche, él, Carlos, príncipe de Gales, futuro rey de Inglaterra, Escocia e Irlanda, no olvidará nunca que un hombre llamado Diego Alatriste pudo asesinarlo, y no quiso.” (Pérez-Reverte, 2005: 116-117)
Cuando llegué de vuelta a casa, corrí hacia mi estantería y retomé el envejecido tomo que narraba las aventuras y desventuras de Diego Alatriste, antiguo soldado de los tercios de Flandes que había estado a punto de ensartar con su espada al duque de Buckingham y al mismísimo heredero a la corona inglesa –un asesinato por encargo-, cuando ambos se dirigían a Madrid para afianzar el enlace entre este último y su amada María. De nuevo podía ver cómo se entremezclaban sus personajes literarios con todo el entorno histórico, social y cultural del siglo XVII, una contextualización real. Pero, entonces, si era cierto que se intentó consolidar el matrimonio entre los dos jóvenes, ¿también lo fue su estancia en la península? Y lo que es más, ¿llegaron verdaderamente a sufrir un asalto en el intento? Todas estas dudas me resonaban como voces inquisidoras en la cabeza, pero por esa noche, decidí cerrar el libro e irme a dormir…



Martes 18 de octubre de 2011
Tenía el portátil sobre las rodillas, abrí una pestaña de Google y, sin saber todavía cómo iba a acabar esta historia, empecé a teclear torpemente sobre el diminuto teclado: Carlos de Inglaterra en España , siglo XVII. Apenas diez minutos más tarde tenía la respuesta: “Todo se complicó cuando, tras un largo viaje de incógnito, se presentaron en Madrid el Príncipe de Gales y el duque de Buckingham el día 17 de marzo de 1623.” (Martín Sanz, 1998)
Ni rastro de una encrucijada que pudiera haberles costado la vida. Se trataba de una invención de Pérez-Reverte: los dos nobles extranjeros habían pisado tierras castellanas, si bien, cruzaron la frontera pasando inadvertidos. El intenso amor de Carlos hacia su –en teoría –futura esposa, le hizo trasladarse miles de kilómetros hasta el Alcázar madrileño, a pesar de no haber visto antes a la joven infanta. Sin embargo, añorando el irritante resplandor de la pantalla, y con la mosca detrás de la oreja, continué con mi pequeña investigación.

Amor, honor y poder: Reflejos y miradas de lo inglés en el Teatro del Siglo de Oro.

“La presencia de Carlos Estuardo en Madrid tuvo influencia cultural en varios campos, especialmente en la pintura, la lexicografía y, por supuesto, en la literatura. En este marco, se representó el 29 de junio de 1623 Amor, honor y poder de Calderón de la Barca.” (Vila Carneiro, 2011: 103)
Y es que la llegada del joven heredero no fue moco de pavo. Una parte de la población española ansiaba la unión de coronas y festejó por todo lo alto la aparición del príncipe de Gales en territorio castellano. De este modo, se representó la ya mencionada obra de Calderón, cuya trama era muy similar a los hechos vividos por el delfín inglés, dicen algunos, para acercar al heredero el teatro del Siglo de Oro con una temática que le resultase más conocida. Bien se encargaron de representar una obra en la que un monarca inglés –Eduardo III de Inglaterra- vive un intenso deseo amoroso por la hija del conde de Salveric, “y ha de casarse con ella para ver cumplidos sus propósitos amorosos” (Vila Carneiro, 2011: 104) Casi podía imaginarme al joven enamorado haciendo esfuerzos por seguir la trama de la obra debido a su rudimentario español, pero aún así, prendado del escenario en el que, entre sueños, se imaginaba con su bellísima María, viviendo por fin su tan ansiado romance.

Pero Calderón no fue el único que se sintió seducido por la visita de Carlos.
Su intensa historia de amor queda recogida en dos epigramas neolatinos anónimos a los que hace alusión, en un estudio, Gregorio Rodríguez Herrera (1999: 146-147).
Y también inspiró los siguientes versos de Lope de Vega (1999: 145), que incluso llegarán, mediante correspondencia, a oídos de ilustres familias inglesas, por toda la emoción que reflejaban sus palabras.

“Carlos Estuardo soy
Que siendo Amor mi guia
Al cielo d’España voy
Por ver mi Estrella Maria.”

Estaba más que claro que el enlace entre las dos casas reales no era solo un mero hecho de conveniencia política; Carlos estaba perdidamente enamorado de María Ana de Austria, pero esta relación imposible tendría que esperar unas cuantas horas más, porque la batería del ordenador decidió dejarme tirada en el momento menos indicado…


Miércoles 19 de octubre de 2011.
Solo se veían papeles sobre mi escritorio; papeles, papeles y más papeles. La impresora echaba humo y los libros estaban deformados por el constante uso…

Regalos a un príncipe inglés.

Pero, ¿estaban todos en la península a favor de esta alianza anglo-hispana?

Por lo menos para Pérez-Reverte, o quizás sería más correcto decir, para el Capitán Alatriste, no era así. Carlos Estuardo era un hereje a ojos de Emilio Bocanegra, presidente del Tribunal de la Inquisición: “-Matarlos sin cuartel –respondió. […] Pero no os importa quiénes sean. Basta con que pertenezcan a un país de herejes y a una raza pérfida, funesta para España y la religión católica. Al ejecutar en ellos la justicia de Dios, rendiréis un servicio valioso al Todopoderoso y a la Corona.”(2005:52)

Sin embargo al joven Carlos le llovieron ofrendas y obsequios. ¿Cómo podía ser que un príncipe tan agasajado tuviera enemigos? “En Valladolid había importantes colecciones privadas. En el palacio Ribera había pinturas de Veronés y esculturas de Giambologna decorando los jardines, la de Sansón y el filisteo fue regalada en 1623 al príncipe de Gales, cuando acudió a Valladolid acompañado por el duque de Buckingham para concertar su matrimonio con la infanta María.” (Del Río, Isabel. 2011)

He de admitir que la escultura me chocó. Me esperaba algo mucho más sutil, viniendo de manos de Felipe IV. Pero Carlos se encontró frente a frente con esta figura de Sansón en posición amenazante cortándole la cabeza a uno de los – como dice la leyenda –mil filisteos. ¿Os imagináis al joven heredero cargando con ese peso muerto? Desde luego, eso no parecía un regalo de boda, aunque quizás fuese una especie de metáfora, aludiendo al propio príncipe como “un Sansón” que tendría que afrontar los peligros que se le venían encima por este matrimonio que parecía no consolidarse nunca. Sea como fuere, Carlos, en ese momento, no era consciente de que esta colosal escultura parecía querer profetizar su futuro degollamiento, convirtiéndose, esta vez él, en el filisteo, y muriendo años después a manos de un peculiar Sansón – Cromwell-. ¡Qué lejos estaban los sentimientos de este joven Carlos de lo que luego le depararía la vida!

¿Entonces, estaba ya entre los enemigos del príncipe el mismísimo Felipe IV, dándole largas y regalándole esta estatua tan poco “amorosa”?

No obstante, éste no fue el único presente que recibió el noble inglés por parte del monarca. El conocido “Rey Planeta” obsequió también a Carlos, nada más y nada menos, que con un cuadro de Tiziano. “Esta visita […] sirvió para que el príncipe de Gales aumentara su ya numerosa colección con varios cuadros comprados en España. Además de uno regalado por Felipe IV, Carlos V con un perro, pintado por Tiziano”. (Hernández Montejo, 2002)

¡Yo ya no entendía nada! ¿Quién iba aquí contra quién? Entonces, ¿Felipe IV estaba a favor de Carlos? El monarca no se aclaraba. Primero le regala una estatua que, más que para una boda, parecía un regalo funerario, y después le ofrece un Tiziano. Estaba confusa. Lo que había empezado siendo un simple divertimento, estaba convirtiéndose en un quebradero de cabeza, y yo ya estaba dispuesta a tirar la toalla. Finalmente, apagué la luz y me sumí en mis sueños…

Jueves 20 de octubre de 2011.
De nuevo tenía que coger el tren para llegar a la facultad y tras todo el trabajo realizado, ya no sabía cómo iba a concluirlo. Tomé de nuevo el libro con el que empezó todo y me subí en mi ya habitual vagón para volver a abrir la página 130 de “La breve Historia de los Austrias”.

Una visión inesperada.

El 9 de septiembre de 1623, Carlos se marcha de la península desilusionado, con una estatua bajo un brazo y un lienzo bajo el otro, pero sin ningún rastro del tesoro por el que había venido a este lejano territorio –su amada María-. Las dos dinastías no habían logrado unirse –Inglaterra seguiría haciéndole la puñeta a España en Flandes -, pero no era capaz de concluir si este fracaso había sido impulsado, de algún modo, por la casa de los Austrias, y en concreto, por la poderosa mano del monarca castellano. De un golpe, cerré el libro y lo apreté con fuerza, con más dudas que aquella, ya lejana, primera mañana otoñal en la que comenzó este desafío…

En ese preciso momento, nada más ponerse en marcha el tren, se me paró el corazón. Parpadeé varias veces por si mis recién levantados ojos me estaban jugando una mala pasada. Pero estaba muy despierta. ¡La imagen de Carlos V junto a un dócil can, esperando ser admirados, estaba en la mismísima portada del libro que tenía en mis manos! Al igual que Carlos de Inglaterra, yo estaba contemplando, a la altura de la estación de Lucero y como un regalo caído del cielo, el famoso cuadro de Tiziano.

Entonces comprendí que, verdaderamente, Felipe IV le había tendido su mano al heredero inglés durante las negociaciones del matrimonio de su hermana. Le había regalado, probablemente, el cuadro que más admiraba: Carlos V, el fundador de la casa de Austria, y con él, un mensaje de fidelidad y amistad simbolizado en el perro que acompañaba al emperador. Como aquellas primeras dos mujeres de esta historia, el monarca castellano sabía que un buen regalo de nupcias era la mejor manera de expresar su conformidad en un matrimonio tan controvertido.

Una historia dentro de una historia se había resuelto en un abrir y cerrar de un libro.


Véase bibliografía.



viernes, 4 de noviembre de 2011

Profes desviados rebeldes

Aquí tenemos una nueva etiqueta, procedente de uno de los blogs de la asignatura "Métodos y técnicas de investigación histórica". Hace referencia a aquellos de nosotros que no nos conformamos con los tipos de docencia al uso. No porque nos opongamos frontalmente, sino, al menos en mi caso, porque entendemos que es insuficiente para una formación universitaria ajustada a las necesidades del siglo XXI.
En realidad hay algo de inquietante en esta denominación de "profes desviados rebeldes". Primero, implica la pertenencia a una minoría. En segundo lugar, que uno no deja de tener la sensación de luchar contra los elementos. No deberíamos ser "profes desviados rebeldes", que lo somos, sino que nuestra práctica debería estar acorde con un modelo único de enseñanza. Dicho de otro modo, la universidad puede buscar un horizonte metodológico homogéneo, sea el que fuere, para que cambiar de una clase a otra no se convierta en un viaje a otro mundo, pasar a dinámicas completamente divergentes.
Entiendo perfectamente a mis estudiantes cuando piensan que mi clase es "rara". Lo es, pero no porque lo sea en sí misma, sino, sencillamente, porque se plantea cuestiones diferentes a otras asignaturas. No creo que sea bueno saltos tan abruptos. Dificulta la tarea del docente y provoca confusión entre el alumnado. Urge, por tanto, la formulación de un modelo de docencia a nivel de universidad que a todos, profesores y estudiantes, aclare cómo enfocar el trabajo en el aula.
Mientras tanto siempre habrá "profes desviados rebeldes".

domingo, 23 de octubre de 2011

Bien por Jaime

En plena semana de afonía, con un viernes de lo más incómodo (tuve que suspender las clases ya que apenas tenía un hilo de voz), me topé con una sorpresa de lo más agradable. Jaime, alumno en mi asignatura de "Teoría y Métodos de Investigación", me comunicó que hará su exposición en inglés. Cuando ofrezco la oportunidad -porque es una oportunidad- de realizar charlas en inglés, suelo encontrarme caras de sorpresa e incluso incredulidad. ¿Por qué? ¿Acaso no vivimos en un mundo donde el inglés constituye una competencia básica? No, no podemos seguir rehuyendo aquello que debería, sencillamente, ser obligatorio dentro de una enseñanza superior de calidad. Y de utilidad para el futuro de nuestros estudiantes.
Valoro extraordinariamente el paso dado por Jaime. No sólo se atreverá a hablar en público en otro idioma, que ya tiene mérito. Hacerlo, además, rompe con la inercia, va contra el "habitus" imperante. No sólo hay que saber hablar inglés (más o menos) para hacer una exposición, sino que también hay que desear transgredir las normas académicas que nos llevan por el camino del acomodo, la facilidad y me atrevería a decir la mediocridad. Habla, por otra parte, del interés de Jaime, de su capacidad e ilusión por buscar nuevos horizontes, por responsabilizarse de su propia formación.
Encontrarse con estudiantes activos, valientes y responsables constituye uno de los mayores estímulos para cualquier docente.

Cheers up, Jaime!!!

jueves, 13 de octubre de 2011

Well done!!!!

Durante esta primera semana de trabajo de grupo y exposiciones no puedo por menos que mostrar mi satisfacción. En general, y salvo alguna excepción, los grupos han trabajado muy bien. De momento, quizás lo más importante no es que hayan trabajado bien o mal, sino que lo han hecho. Es decir, ya van incorporando mecánicas de trabajo sin las cuales es imposible llegar a ningún lado. Tiempo habrá para ir mejorando, si bien, como decía arriba, los resultados han sido muy satisfactorios.

La asignatura de "Métodos y Técnicas" me ha dejado particularmente satisfecho. Los estudiantes han leído sus textos y han compartido sus análisis en grupo para llegar a conclusiones o ideas básicas sobre cada uno de los artículos. Esto no sólo es importante como mecánica de actuación para la asignatura, sino que es algo básico para su formación en investigación histórica. Dicho de otro modo, deben buscar idea(s) principal(es) y secundaria(s) que al final definan cualquier escrito.

Esto mismo es básico para cualquier alumno/a, es decir, su capacidad para extraer conclusiones a partir de textos largos. Creo que es una habilidad que no se trabaja demasiado y que, en definitiva, está relacionada con la transformación de la información en conocimiento.

lunes, 10 de octubre de 2011

El gran desafío

Para mí, el gran desafío de cada año no estriba en impartir programas cada vez más difíciles de cumplir. Tampoco estar buscando el límite perfecto entre "teoría" y "práctica", pues entiendo que la docencia es por definición una mezcla de ambas. Por supuesto, nada de fichas en papel y cosas de este tipo, que lo único que pueden hacer es distraernos.

El gran desafío es convencer a los alumnos que la docencia universitaria está relacionada con la libertad, con el debate, con sus intervenciones, con lecturas, con resúmenes, con escritura y con investigación. Con su participación y con su capacidad para crear. También con su libertad. Y no con la memoria, ni con los apuntes "per se" ni mucho menos con la memorización para un examen al uso. Pero no es fácil, todo lo contrario. Acostumbrados como estamos a ciertas prácticas, resulta realmente complicado salir de ellas. No hay más que leer a P. Bourdieu para saber de lo que uno habla; o sencillamente ver Matrix (1ª parte).

Mis queridos estudiantes me preguntan constantemente por lo que "deben hacer", en especial en el blog. Se quedan un tanto sorprendidos cuando sólo les doy una pautas genéricas, cuando ellos considerarían más cómodo y seguro que les diese una solución única e incontestable. Pero no. No lo hago, y no lo hago a propósito pues deben acostumbrarse a decidir, que también forma parte del crecimiento personal e intelectual. Deben viajar en pos de su propia originalidad en el sentido de ser ellos, cada uno de ellos -o ellas, claro- el que vierta parte de su personalidad sobre sus escritos.

Lo importante, ya lo sabemos es "sapere audere". Dicho de otro modo, atreverse, comenzar a guiarse en la nebulosa de la vida, cuya única certeza prefiero no reproducir aquí. Si la vida es incertidumbre, ¿por qué nos empeñamos en la enseñanza en mostrar caminos tan seguros que lo único que hacen es alejarles de cómo es la realidad¿ ¿Por qué trasladar visiones tan inquebrantables que desdicen el concepto mismo de conocimiento científico?

Atentamente,







martes, 4 de octubre de 2011

Preguntas sin respuestas

¿Cómo es posible que nos asignen un aula con menos capacidad que número de matriculados?
¿Cómo es posible que la facultad de Filología reasigne un aula pensando que tiene un aforo para 50 personas, que en realidad sólo es de 40?
¿Cómo es posible, en Geografía, que el número de alumnos que cursan la asignatura supere los 70, cuando el máximo estaba establecido en 60?
¿Cómo es posible que coincidan horarios de asignaturas obligatorias entre dos cursos?

Preguntas sin respuesta.

Nos adaptaremos a pesar de todo pues, lo realmente importante, es que mis estudiantes puedan aprender. Las exposiciones que hicieron ayer fueron satisfactorias.
Así que... ¡a seguir luchando!

viernes, 30 de septiembre de 2011

Los ocho pasos

Para definir mi identidad como profesor no puedo dejar de acordarme de aquella primavera de 2004 en la que, con el título de doctor bajo el brazo, comencé a trabajar de comercial de líneas telefónicas. Nunca estaré lo suficientemente agradecido a aquella experiencia por todo lo que llegué a aprender. Fueron unos cuantos meses, no demasiados, pero claves para entender muchas de esas cosas que no se enseñan en el aula, aunque se debería.
Y no lo digo en un plano negativo, pensando en lo duro que era aquello. No, lo digo en un plano estrictamente formativo. Trabajando como comercial me dieron pautas para desarrollar con éxito nuestra actividad... y estas las he seguido poniendo en práctica ya que, en mi opinión, son un buen camino para avanzar firmemente en cualquier proyecto, profesional o personal.

Estas pautas las podríamos resumir en ocho "pasos".
1. Actitud positiva: con pesimismo no se va a ningún lado. Los problemas no son tales si los convertimos en retos. Sólo a partir de ellos podemos mejorar, aprender.
2. Puntualidad. Es decir, responsabilidad, compromiso. Saber que cuando tenemos que hacer algo, se hace y además se hace en tiempo y forma, cómo está previsto. Esto no es otra cosa que trabajar con proyectos/objetivos.
3. Estar preparado. Hay que anticiparse a lo que pueda suceder, o al menos intentarlo. Si existe una crisis terrible en Europa... ¿quién dijo que no se puede vivir en otros continentes? Hay que estar preparado, al menos intentarlo. Con ello, además, nos blindamos ante posibles decepciones o sabemos canalizar los éxitos.
4. Trabajar más de ocho horas si es necesario. Quizás esto fuese una exageración interesada por parte de la empresa que daba la formación. Pero hay algo que es evidente: sin trabajo no hay nada... así que hay que trabajar todo lo que sea menester para conseguir nuestros objetivos (ni menos ni más).
5.- Trabajar correctamente la zona. Es decir, ser serios, hacer todo lo mejor posible siguiendo unas pautas previas. Sin buscar atajos, que siempre es lo más cómodo.
6.- Proteger la actitud. Siempre actitud positiva. Si algo va mal... pues no va a mejorar porque veamos el vaso vacío o medio vacío. Hay que tener capacidad de superación, también de sacrificio, pensando que lo que vamos a hacer sólo nos puede llevar a un camino: el éxito.
7.- Saber el qué, por qué y para qué se hace cualquier cosa. Todo tiene o debe tener un sentido y debemos ser conscientes de ello. Por eso lo primero que hay que hacer es reflexionar sobre esto, traducirlo en objetivos, establecer un proyecto o vía para conseguirlo y... ¡a por ello!
8. Tomar el control. Cada uno de nosotros debe dirigir sus acciones, no puede despreocuparse y dejarlas sin más en manos de otros.

En fin, a mi todo esto me ha ayudado. ¡Y de qué manera! Sólo espero que sea de utilidad para otras personas.
Atentamente,



martes, 27 de septiembre de 2011

Buenas sensaciones

Pues sí, tras los dos primeros días de clase debo admitir que tengo buenas sensaciones. El grupo de Historia I (Geografía) parece menos entregado a la causa. Es normal: con una clase de más de sesenta estudiantes y con dinámicas menos propensas a la participación, ésta se hace más difícil. Poco a poco irán, iremos, superando nuestros temores.
Los estudiantes de Filología parece que van a dar mucho juego. Destacaré este primer día la intervención de una chica, Lidia, sobre la posibilidad de la pérdida de derechos de autoría sobre las entradas en el blogs. En fin, no es demasiado habitual encontrar este tipo de comentario. Empero, no le faltaba razón en el sentido que, al final, internet puede derivar en un repositorio de copias sobre copias.
En definitiva, en ambas asignaturas se ha explicado la metodología docente, los sistemas de evaluación y, lo más importante, hemos comenzado a trabajar.

domingo, 25 de septiembre de 2011

El viaje empieza ya...

A mi príncipe de tres años le encanta una serie infantil, "Little Einsteins", cuya canción se queda tatuada en la memoria de cualquiera que la escucha. Comienza con "El viaje empieza ya..."
Pues bien, el viaje del curso 2011/2012, efectivamente, despega en apenas dos horas. Reconozco que he pasado un fin de semana de expectación, de mariposas en el estómago. ¿Cómo resultará la experiencia? ¿Qué estudiantes tendré? ¿Hasta qué punto tendré la oportunidad de ayudarles en su futuro? Tantas preguntas, tantos desafíos.
Hoy tendremos la presentación. Y lo primero... a trabajar en grupo. Hay una condición para mis alumnos que me parece innegociable: necesito y demando gente con iniciativa, emprendedora, capaz de asumir responsabilidades y retos. Nada que ver con gente apoltronada en el cómodo regazo del apunte, del trabajo dado. ¿Acaso esto les ayudaría ante el incierto futuro que tenemos en el horizonte?
En fin, sólo así siento que tiene sentido los contenidos que imparto.

viernes, 23 de septiembre de 2011

Cooperar, colaborar

No queda otra. Ante la dramática situación en la que nos encontramos, no cabe otra solución que la cooperación. Esta no es una crisis más, comparable con otras acaecidas en el pasado. Aquí se equivocan los economistas y los sociólogos, algunos más preocupados por lecturas de gráficos que por saber qué esta ocurriendo.

La globalización, ese proceso por el que el mundo va perdiendo fronteras y que ampara una integración a escala planetaria, ha acabado por formar una economía mundial donde todos estamos relacionados con todos. Es una estructura en red donde cualquier incidencia en uno de sus miembros –un país, una empresa, un grupo social, etc.- tiene o puede tener consecuencias para todos. Es aquello del tan traído efecto mariposa o de las teorías de mundo pequeño, donde se demuestra que todos estamos mucho más cerca de lo que pensamos respecto a otros congéneres. Y con la economía sucede lo mismo: lo que afecta a Grecia, afecta a Europa. Lo que afecta a Europa, cómo no, afecta a España. Lo que afecta a España tiene incidencia en Estados Unidos y, por seguir con esta cadena, cualquier alteración en la economía china hace o puede hacer que todos tengamos que comprar más caro o más barato en nuestras compras diarias.

Colaborar, cooperar. No hay otra solución. Este no es un argumento lanzado desde postulados éticos o religiosos (para eso ya tuvimos a los “papa boys” del pasado agosto). No, es ciencia. Pura y sencilla ciencia, esto es, conocimiento racional alcanzado con método. Nuestro actual sistema económico es un sistema dinámico no lineal, con sus condiciones y propiedades. No es momento de explicar que es esto de sistemas dinámicos; para ello pueden acudir al libro de R. Solé, Redes complejas. Del genoma a internet, donde se explica con claridad que el universo funciona a partir de estas estructuras. Sea en el cuerpo humano –la comunicación neuronal sigue estas formas-, la naturaleza (un tsunami se mueve por principios similares) o fuera de nuestros planetas, hoy sabemos que todo o casi todo tiende a funcionar de este modo. La economía también, por supuesto.

No hay recetas mágicas para salvar la economía. Pero sí parece claro que ahondar en divisiones y en falta de entendimiento sólo conduce al suicido colectivo al que nos estamos acercando. Gobernar frente al otro o buscar el provecho egoísta sólo equivale a la autodestrucción. Podía tener lógica en el siglo XIX. Ya no. Señores políticos, ya saben: aparquen sus diferencias y abran una puerta al diálogo. Señores empresarios, trabajadores: busquen escenarios de cooperación porque sólo así podrán solucionar sus propios problemas. Y así sucesivamente. El beneficio del otro será el suyo propio.

¿Acaso piensan que cuando los millonarios de Estados Unidos o Francia desean pagar más impuestos, lo hacen, sin más, a causa de un repentino arranque de altruismo? No, lo hacen porque saben que para seguir viviendo la buena vida necesitan del concurso de otras capas sociales. Sin pobres que cada vez lo sean menos, se hunden; sin ricos que no tiren de la economía, nos hundimos. Y lo mismo podríamos decir de los países. Sin países cuyo nivel de vida no crezca, todos caeremos. Sin países “locomotoras”, la economía mundial no puede crecer. Eso es un sistema dinámico no lineal.

Ya lo dijo Amaral: “sin ti no soy nada”. Ahora lo difícil es poner en marcha los marcos que regulen lo único que nos puede salvar: la colaboración. Y subrayo lo dicho. Esto no es un propósito basado en valores. Es racionalidad, ciencia, simplemente ciencia, que para algo vale.