viernes, 4 de noviembre de 2011

Profes desviados rebeldes

Aquí tenemos una nueva etiqueta, procedente de uno de los blogs de la asignatura "Métodos y técnicas de investigación histórica". Hace referencia a aquellos de nosotros que no nos conformamos con los tipos de docencia al uso. No porque nos opongamos frontalmente, sino, al menos en mi caso, porque entendemos que es insuficiente para una formación universitaria ajustada a las necesidades del siglo XXI.
En realidad hay algo de inquietante en esta denominación de "profes desviados rebeldes". Primero, implica la pertenencia a una minoría. En segundo lugar, que uno no deja de tener la sensación de luchar contra los elementos. No deberíamos ser "profes desviados rebeldes", que lo somos, sino que nuestra práctica debería estar acorde con un modelo único de enseñanza. Dicho de otro modo, la universidad puede buscar un horizonte metodológico homogéneo, sea el que fuere, para que cambiar de una clase a otra no se convierta en un viaje a otro mundo, pasar a dinámicas completamente divergentes.
Entiendo perfectamente a mis estudiantes cuando piensan que mi clase es "rara". Lo es, pero no porque lo sea en sí misma, sino, sencillamente, porque se plantea cuestiones diferentes a otras asignaturas. No creo que sea bueno saltos tan abruptos. Dificulta la tarea del docente y provoca confusión entre el alumnado. Urge, por tanto, la formulación de un modelo de docencia a nivel de universidad que a todos, profesores y estudiantes, aclare cómo enfocar el trabajo en el aula.
Mientras tanto siempre habrá "profes desviados rebeldes".

2 comentarios:

  1. Debido a esta entrada, y comentada con algunos amigos y colegas de la Facultad, hemos llegado a la conclusión de que hay muchos profesores a los que no se les puede llevar la contraria, y esto es lo contrario a la petición de los alumnos de esta facultad, ya que la universidad tiene que fomentar el debate, y no la verdad absoluta del profesor, como algunos profesores de la antigua escuela, que siguen dando su clase magistral, en forma de verdad absoluta.
    Son en sus clases de Métodos, donde he aprendido a intervenir, y no me crea ninguna inseguridad hablar en su clase. En cambio, en otras clases, donde se hacen las clases magistrales, no intervengo, porque no tienen ese componente práctico.
    Un saludo!

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  2. Gracias, Javier, por tu comentario. No puedo estar más de acuerdo con lo que apuntas. Para aprender y para ilusionarse hay que despertar inquietudes, sensibilidades. Y ello difícilmente puede hacerse desde la imposición. Si algo destacaría de la universidad, es que es un espacio donde debería primar la conversación y el intercambio de ideas. Y ahí cualquier estudiante, junto con cualquier profesor, puede tener su espacio.

    Por cierto, aprovecho para decir que en el IV Encuentro de Innovación Educativa, previsto para abril de 2012, vamos a crear espacios para que los alumno/as que lo deseen puedan expresar sus inquietudes y sus necesidades. Para que, en definitiva, los profesores podamos escucharos.

    Por supuesto, estáis todos invitados. Podemos expedir certificados de asistencia para el curriculum.

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